La angustiosa situación vivida a primera hora de la mañana de este lunes por parte de la aguiñense Nuria Teira con la inundación de su vivienda de planta baja situada en el número 87 de la Rúa Francisco Lorenzo Mariño, en dicha parroquia ribeirense, le llevó a solicitar la mediación del alcalde, Manuel Ruiz. Poco después de ese momento de gran preocupación ocasionado lo que estaba pasando, con el agua entrando por la puerta de su casa, atravesándola por completo, hasta bajar al sótano por unas escaleras como si de una cascada se tratase, además de anegar todas las dependencias del domicilio y ocasionar diversos daños materiales, esta vecina se entrevistó con el regidor local y le demandó soluciones para esa situación que se repite desde hace décadas cada vez que llueve con cierta intensidad.
Nuria Teira indicó que ellas incluso le planteó al mandatario alguna posible opción, como la de instalar un mayor número de rejillas y de un mayor tamaño para la recogida de las aguas pluviales y superficiales, pues señala que junto su domicilio sólo hay una y bastante pequeña, que deja de cumplir su función al quedar obstruida por áridos y hojas de árboles, así como diferentes residuos arrastrados por las escorrentías. Considera que, aunque en ambas direcciones de la calle y en el margen más próximo a su vivienda hay otras tres rejillas a una distancia entre 20 y 25 metros de la reseñada, no solucionan su problema. Advierte que la calzada hace justo delante de su casa una pequeña vaguada en la que se acumula gran cantidad de agua cuando llueve, que rebosa la acera y entra en su inmueble, como ocurrió a partir de las ocho de la mañana de este lunes. Ella dijo que Ruiz Rivas se había comprometido a estudiar esa situación para darle una solución.
Esta vecina de Aguiño insistió en que las inundaciones son habituales con lluvias intensas, pero que sólo a finales del año 2019 ya vivió un episodio como el de comienzos de esta semana. Recordó que el fuerte ruido del agua, especialmente al descender por las escaleras hacia el sótano, para salir a una calle que pasa por detrás de su vivienda, fue lo que le despertó y que al ver lo que pasaba con el agua acumulada “que parecía unha piscina”, se empezó a angustiar por lo que pudiera pasar, pues en ese momento estaba sóla con su hija Julia, que este mes va a cumplir dos años.