Llegar a final de mes sin preocupaciones es algo que cada vez pueden hacer menos familias. La inflación, con una escalada importante en el precio de los alimentos, de la energía o de los alquileres —entre otras cuestiones— han provocado una intensa pérdida del poder adquisitivo de los hogares pese a un aumento comedido de la masa salarial. Así, los últimos datos publicados por el Instituto Galego de Estadística (IGE) sobre la estructura de ingresos de los hogares, correspondientes al año 2023, muestran que en las comarcas de O Salnés y Ulla-Umia son ya un 61,12% las familias que tienen “dificultade ou moita dificultade” para llegar a fin de mes. Una cifra preocupante teniendo en cuenta que supone un aumento del 15% con respecto a los datos del anterior ejercicio.
Así, solo cuatro de cada diez familias salinienses reconocen no tener que andar mirando a la cuenta para acabar el mes. Una situación peor que en otros lugares de Galicia. De hecho, en la provincia de Pontevedra solo obtiene peores datos las comarcas de O Condado, A Paradanta y O Baixo Miño, donde poco más de un 63% de las familias reconoce tener dificultades.
En el caso del norte de la Ría de Arousa, O Barbanza también presenta una mejor percepción de la economía y los hogares con dificultades se reducen a un 47,04%. Sin embargo, los ingresos medios mensuales de las familias son similares, ya que en O Salnés y Ulla-Umia se sitúa en los 2.596 euros y en O Barbanza, en 2.680 euros por unidad familiar. Unos ingresos que, en cualquier caso, sí han experimentado un importante incremento desde antes de la pandemia, cuando se registraban cifras de 2.236 y 2.297 euros, respectivamente.
Pese a ello, de los datos se desprenden también indicadores positivos, como la reducción de la desigualdad de ingresos en la comarca, según el coeficiente Gini (uno de los indicadores de referencia). Así, O Salnés y Ulla-Umia obtienen una puntuación de 0,206 puntos, en una escala que va del 0 (donde todos tienen los mismos ingresos) y 1 (todos tienen los mismos ingresos). Un indicador que muestra que la desigualdad ha mantenido la tendencia a la baja en los últimos años, con un pequeño repunte durante la pandemia. Una positiva tendencia que, sin embargo, no llega a producirse en la comarca de O Barbanza, donde la desigualdad entre los hogares con más ingresos y aquellos con más dificultades ha aumentado en los últimos ejercicios, con un coeficiente de 0,244 puntos.
En la misma línea que la reducción de la desigualdad, los hogares salinienses presentan una menor tasa de riesgo de pobreza o exclusión social, que se sitúa en 2023 en un 11,38%, lo que supone una mejora de 4,4 puntos con respecto al año 2019, situándose en niveles relativamente bajos, especialmente comparados con la media gallega, correspondiente a un 13,61% de los hogares, y de la provincia de Pontevedra (12,65%). Cabe señalar que durante el año 2020, marcado por la crisis del covid-19 y los ERTE, la tasa de pobreza alcanzó los 22,86 puntos.
Por su parte, la comarca de O Barbanza presenta también datos positivos, aunque más moderados, con una tasa de riesgo de pobreza del 13,43% de las familias y con una reducción más ralentizada a la de O Salnés, con un descenso de apenas 2,4 puntos desde el año 2019.