Un grupo de alumnos de cuarto de la ESO del CPR Salesianos A Mercé, con el profesor Pablo González Chaves a la cabeza, han resultado premiados este fin de semana en la novena edición de la Maker Faire Galicia, la mayor feria “maker” de España y una de las más grandes a nivel europeo. Los cambadeses se alzaron con dos reconocimientos, uno en la categoría por edad, votado por un jurado profesional (empatados a puntos con alumnas del Tecnópole de Ourense), y un segundo, decidido por el público, en la modalidad de innovación social.
El proyecto —desarrollado en la materia de tecnología por Gonzalo, Claudia, Roi, Lorena, Ainhoa, Joel, Tanya, Brais, María y Catuxa— consiste en un brazo robótico controlado por bluetooth a través de un guante con sensores que colocan en su propia mano y que repite proporcionalmente sus movimientos. La orientadora que trabajaba en ese momento en el colegio, Ivonne Alves, y el profesor, Pablo González, fueron los promotores de esta idea, en la que se fomentaron valores en los alumnos como la tolerancia a la frustración, igualdad, inclusión o trabajo en equipo.
Una iniciativa que estuvo llena de pruebas que superar, ya que tal y como recuerda González, se inscribieron el último día de plazo “cando o proxecto aínda non funcionaba”. Esta situación llevó al alumnado a trabajar en un tiempo récord que, a la postre, obtuvo una doble recompensa transformada en dos premios, un reconocimiento “que non eran capaces de asimilar” en un primer momento.
González explica que la idea inicial era la de una estructura que se moviese de forma similar a la de una mano real, un planteamiento que evolucionó a un brazo impreso en 3D que replicase, de manera exacta, el movimiento de cada dedo por separado y de forma proporcional al de la mano del usuario. Un trabajo que los alumnos expusieron el pasado viernes al jurado profesional en la Cidade da Cultura compostelana.
Tras este primer premio, el sábado y domingo se desarrolló una jornada de puertas abiertas, en la que “miles de visitantes” se acercaron al stand donde el alumnado mostraba su proyecto acompañado de creaciones de anteriores años, entre las que se incluían un escáner 3D o un semáforo con ruido. Una labor que les valió el voto del público en la categoría de innovación social como reconocimiento a la comunicación a distancia y a la posible aplicación médica en miembros amputados de su proyecto.