La Concellería de Obras e Seguridade Cidadá está elaborando un borrador con cambios que considera “solucionarán moitos” de los problemas mencionados por comerciantes y vecinos afectados por la peatonalización de la Praza de Asorey. Sin embargo, el avance ofrecido por José Ramón Abal Varela no ha calmado los ánimos y se sigue reclamando la reapertura, como mínimo hasta solucionar los fallos que denuncian y que atribuyen a haberla cerrado sin un estudio previo y, sobre todo, sin medidas paliativas de posibles efectos negativos.
Afecta a poco más de cien metros, pero sus detractores señalan que el mal empezó hace años, cuando empezaron las peatonalizaciones. Muchos aún esperan por unas tarjetas para poder circular tras la prohibición de entrar por la Praza de Fefiñáns y las limitaciones en el resto de calles. “Flecos” le llama el concejal, quien en una reunión celebrada hace una semana con comerciantes asociados a Zona Centro y otros que no, se comprometió a estudiar cada casuística presentada por escrito.
Reconoce que aquellos cambios dejaron una situación “caótica” respecto a la carga y descarga, pero también recuerda que no gobernó en los últimos cuatro años. Con todo, se niega a recular y defiende el cierre como “positivo” y necesitado “dun periodo de adaptación”.
Ese borrador incluye un horario de 8 a 10 horas para que los coches particulares de titulares de negocios ubicados en Fefiñáns, Rodas, Príncipe y Real puedan parar delante a dejar cosas; que los residentes puedan hacer lo propio siempre que sea por bultos no susceptibles de llevar en la mano; acceso libre para taxis; un parking exprés de un máximo de 15 minutos con tres plazas en Fonte de Fefiñáns, para recados rápidos; estudiar permisos nominativos para el servicio a domicilio y negociar con la administración de Justicia para recuperar algunas plazas reservadas, entre otras cosas. Entiende que así “se facilita a operativa de carga e descarga”.
Sin embargo, la propuesta no está gustando, sobre todo a comerciantes que le acusan de tomar una decisión así colocando únicamente unos macetones en las intersecciones con Fonte de Fefiñáns y Valle-Inclán convirtiendo esta zona “nunha ratonera”. Echan en falta un plan de movilidad, “un coñecemento de como é o tráfico e a xestión diaria... Unha planificación e non só polos veciños e o comercios, tamén están o xulgado, o INEM, o instituto, etc.”.
Así, denuncian problemas como que los camiones de reparto “non poden facer ben os xiros e moitos acaban aparcando diante das macetas porque a carga e descarga na Avenida de Madrid está máis lonxe e ademais é insuficiente, sempre está ocupada”, se queja una de las afectadas.
Con la “pouca” esperanza de que les vuelva a convocar a una reunión, esperan explicaciones sobre cómo podrán llegar los de Rúa Real a sus negocios, por ejemplo, pues solo ven entrada por la Praza de Fefiñáns y les parece irónico. Pero además, “no inverno vale, pero no verán será imposible, pode haber atropelos”. Acusan a Abal de “empezar a casa polo tellado” y de “intentar poñer tiritas, e non se pode xogar así cos negocios porque o pobo está a morrer”. Así las cosas, son muchos los que piden que se revierta la prohibición del tráfico, pero también reclaman que se negocie con otras fincas para tener más aparcamiento en la Avenida do Salnés o la recogida de basura puerta a puerta en la hostelería porque los “contenedores acaban apestando”.