Los atracadores que el año pasado asaltaron un banco de Meis se llevaron algo más de 3.000 euros y entraron en la sucursal al grito de “¡Esto es un atraco! Darme el dinero y no toquéis la alarma!”, llegando a apuntar a un empleado con la pistola. Los dos arrestados como presuntos autores, dos meisinos de 41 y 46 años con antecedentes, fueron enviados a prisión de manera provisional mientras se sigue instruyendo el caso. De hecho, uno de ellos recurrió recientemente la transformación de las diligencias previas en un procedimiento abreviado por un presunto delito de robo con violencia o intimidación, pero la Audiencia de Pontevedra desestimó su recurso.

Cámaras y otros robos

Los magistrados argumentan que hay carga indiciaria suficiente contra él para tomar este procedimiento y reproduce otro auto en el que se rechazó su solicitud de liberta provisional. En él se señala la existencia de imágenes de las cámaras de seguridad de los locales donde se cometieron los robos. Y es que los investigadores también les atribuyen los atracos a dos gasolineras de Caldas de Reis y a una farmacia en Baión, ocurridos unos días antes del caso del banco. De las grabaciones se extrajeron detalles que provocaron su arresto, como el vehículo utilizado, que era propiedad del apelante, y la indumentaria y el arma empleadas y que “permitiron chegar á conclusión, na fase de instrucción, que aínda está en procedemento, de que coincidían con todo o que lle foi ocupado” a este acusado “no momento da súa detención”. 
 

Asimismo indica que en el registro de la vivienda donde tenía su domicilio se hallaron diversos objetos como una gorra, una sudadera, un blíster de fusibles, cartuchos de escopeta y una bolsa que “tamén coinciden cos empregados nos roubos e que se poden ver nas gravacións das cámaras de seguridade dos locais e nos fotogramas delas, alén de encontrar parte dos obxectos roubados”. 
 

Otra de las cuestiones destacadas por la Audiencia es que uno de los autores “sempre aparece” con el brazo y la mano izquierdos tapados, “para así evitar a súa máis doada identificación, por mor das tatuaxes, e resulta que o agora apelante ten o referido brazo e man moi tatuados”. 
 

Respecto al atraco a la sucursal del Banco Santander en concreto, en la resolución judicial se relata que sobre las 11:35 horas del 5 de mayo entró con una pistola gritando “¡Esto es un atraco” y tiró una bolsa de tela detrás del mostrador donde estaban los empleados al tiempo que, agitando la pistola, gritaba: “¡Darme el dinero!” y “¡no toquéis la alarma!”. Llegó a apuntar a uno de ellos para meterle prisa, pues le dijo que debía esperar unos minutos por el retardo y que solo podía darle 3.000 euros. Según la resolución, se llevaron eso y 81,52 euros. Se cubrían el rostro con mascarilla y otras prendas y, en este caso, huyeron a pie, pero tenían el coche cerca.  
 

El día anterior se había producido el asalto a la farmacia y días antes a las estaciones de servicio, pero poco tardó la Guardia Civil en arrestar a los dos presuntos autores a los que también acusó de robo con lesiones a una persona que se ofreció a llevarlos cuando hacían autostop en Meis.