O Grove pierde a uno de sus restaurantes estrella. El bar O Peirao echó ayer el cierre con la llegada de la merecida jubilación de su alma mater, Manolo Folgada.
Abrió sus puertas el 13 de julio de 1984 en la calle Luis Casais y tras más de 39 años detrás de la barra, sus propietarios bajan la persiana de uno de los bares más reconocidos de la península meca y en el que cada verano los turistas se cuecen al sol haciendo colas para entrar a probar sus tapas y raciones.
El buen producto con mejores precios y el boca a boca han hecho de O Peirao un lugar de parada obligatoria.
Sus clientes de siempre le hicieron este jueves, 31 de agosto, una fiesta de despedida. Manolo se subió a una de sus pocas mesas para decir unas palabras de cariño y agradecimiento a todos ellos por toda una vida al timón del que para muchos, era como un segundo hogar.