Cambados tiene un problema con los grafitis, si es que se les puede llamar así, pues en la mayoría de casos son frases y dibujos carentes de estética y muy alejados de ser arte urbano. Entre los más sangrantes están la Casa do Mar, por cantidad, porque la parte baja de su fachada está tomada, y el de Pazo Torrado, un bien catalogado y protegido que hace unos días sufrió un ataque con unas pintadas.
El concejal de Patrimonio, Liso González, explica que tienen fundadas sospechas de que los autores son los mismos. “Tanto na Casa do Mar como en Torrado –onde as pintadas apareceron unha semana antes da Festa do Albariño– empregáronse as mesmas cores, imaxes e frases, así que hai unha pandilla que se dedica a isto. Temos un problema”, reconoció.
En cuanto a la solución, lo ve difícil, empezando porque “só podes actuar se os pillas co spray na man” y, entre otras cosas, “non temos patrullas nocturnas da Policía Local” que puedan sorprenderlos.
No es algo nuevo. Uno de los peores ataques fue el perpetrado en 2021 al Muíño da Seca, uno de los bienes patrimoniales más antiguos de Cambados y uno de los pocos molinos de mareas que siguen en pie en Galicia. Tuvo que someterse a una limpieza manual que no estuvo exenta de dificultades porque se utilizaron colores chillones y se cargó tanto de pintura la porosa piedra de la fachada que, aunque el resultado fue inmejorable, nunca volverá a ser la misma.
Todo esto sin olvidar el coste. El Concello consiguió una ayuda de 10.000 euros para limpiar esto y el lavadero de Fefiñáns, que también estaba plagado. Una subvención, pero procedente igualmente de dinero público, en este caso de la Diputación.
A raíz de todo esto se realizaron algunas acciones de concienciación y se ofrecieron espacios públicos degradados donde los jóvenes interesados por esta modalidad de arte urbano pudieran dar rienda suelta a su imaginación, pero con algo verdaderamente interesante y no las pintadas sin sentido que salpican la localidad.
González no es partidario de cerrar espacios para evitarlo: “A xente ten que aprender a comportarse”
El propio González reconocía ayer los esfuerzos de su predecesor en el cargo, Xurxo Charlín. “Co tema do Muíño da Seca lle dou moita difusión, pero falamos de xente incívica que non quere atender a razóns. Non é por escorrer o bulto”, añadió. Mientras hacia estas declaraciones estaba en la biblioteca Luis Rei y señalaba otra pintada en uno de sus muros. ¿La solución sería entonces cerrar los espacios públicos? “Non somos partidarios, é a xente a quen ten que aprender a comportarse”, respondió.
Así las cosas, el Concello tendrá que volver a hacer un desembolso económico para limpiar Torrado y el Instituto Social de la Marina tendrá que hacer lo propio en la Casa do Mar, de su titularidad. Y estos casos no son los únicos. Sin contar muros y fachadas particulares sin uso o abandonados, a la lista de bienes públicos se suman, entre otros, la capilla de A Pastora, donde “había unhas do mesmo estilo, pero non volveron a actuar”.