La Concellería de Obras e Servizos cerrará al tráfico la Praza de Asorey para completar la peatonalización de todo el entorno de Fefiñáns. La medida se adoptará a partir de septiembre prohibiendo el acceso desde la Rúa Valle-Inclán, aunque los vehículos procedentes de este punto que quieran tomar la Avenida de Madrid podrán hacerlo unos metros más adelante, pasando por la plaza Clemencio Fernández Pulido y cogiendo la calle del juzgado, Fonte de Fefiñáns.
El concejal José Ramón Abal Varela explica que empezarán haciendo pruebas y que hablará con vecinos y establecimientos de la zona. No obstante, defiende la necesidad de la medida “principalmente por motivos de seguridade vial e ademais ganamos un espazo para realizar actividades sen a incomodidade e inseguridade de que pasen vehículos cerca”.
En resumidas cuentas, se trata de prohibir el paso en un tramo de unos 70 metros y no debería suponer mayores trastornos porque los vehículos procedentes de la Rúa Valle-Inclán que quieran coger por aquí hacia la Avenida de Madrid pueden hacerlo por la siguiente, Fonte de Fefiñáns. De hecho, la iniciativa podrá ejecutarse simplemente con la instalación de varias señales, aunque también será preciso desplazar unos metros la plaza de carga y descarga, hacia el parque de Torrado.
Abal Varela explica que esta reordenación había quedado pendiente de la peatonalización de los viales que desembocan en la Praza de Asorey: Real y Príncipe. No obstante, para intentar proteger el paso de peatones de los coches procedentes de la calle del cuartel se había hecho una especie de itinerario con maceteros, como medida provisional y no del todo eficaz, pues como señala el propio edil es necesario moverlos con frecuencia para procesiones y otros eventos.
Fue en el mandato de 2015, cuando también ostentaba las competencias de Obras, Servizos e Tráfico cuando inició estos cierres. Curiosamente, el socio de Pode había entrado en aquel cuatripartito vetando la peatonalización del entorno de la Praza de Fefiñáns y la histórica explanada en sí. Sin embargo, finalmente accedió a una medida demandada y controvertida casi a partes iguales.
Se ejecutó tras varias pruebas, empezando por cierres de verano y otras épocas altas de turismo con la Ciudad Europea del Vino (2017), luego, al año siguiente, un par de accidentes de relevancia, aunque sin graves consecuencias, aconsejaron cerrar Rúa Real, después llegaron las obras de enterrado del cableado y la plaza no se reabrió, aunque hubo algunas quejas de hosteleros y comerciantes, que solicitaban que lo hiciera por lo menos en invierno, y hasta que en marzo de 2019 se estableció la peatonalización como definitiva.
Sus sucesores en el cargo quisieron consolidarla y ejecutaron el proyecto de reforma con la recuperación de la escalinata desaparecida de San Benito y otras medidas de un proyecto que, por cierto, tiene flecos pendientes, como la reforma de la alameda, y detalles por pulir, como la iluminación en algunos puntos, que se prevén ejecutar fuera de temporada turística.