Para el Concello de Cambados, el balance de la LXXII Festa do Albariño es “positivo” y la organización “saiu razoablemente ben”, resumieron ayer el alcalde, Samuel Lago, y el concejal de Festexos, Tino Cordal. No obstante, no faltará la “autocrítica” y el análisis de cuestiones mejorables para próximas ediciones, prometieron.
En este sentido, admitieron que sigue abierto el debate de si sustituir los catavinos de cristal de A Calzada por unos de metacrilato para evitar los cortes, que están entre las atenciones sanitarias más habituales junto a las intoxicaciones etílicas. Con todo, es una decisión que también compete al Consello Regulador de la DO Rías Baixas, responsable de la degustación popular, y “tampouco o temos claro. O cristal é o recipiente máis axeitado para degustar o viño e a xente adoita conservalo, e iso evita desperdicios de material plástico”, reconocía Lago.
Por este motivo, hace años que no incluyen el cordel “cuelga cuellos”, pero abundan igualmente por la venta ambulante, así que los esfuerzos se han dirigido a alertar del peligro de lesiones con simple abrazo o el uso de calzado inadecuado. A este respecto, Cordal destacó la iniciativa de la Unión de Hostaleiros de ofrecer un vaso reutilizable resistente.
Por otra parte, la venta de este icono de la celebración es un indicador de las afluencias y este año se vendió en cifras similares al anterior –40.000 unidades–. También la recogida de vidrio de las casetas, que sumó casi 12 toneladas. A falta del informe sobre el big data de la Mancomunidade do Salnés –la cuantificación de los móviles conectados a las antenas de la zona–, estas cifras y las “sensacións”, les hacen pensar que “houbo máis xente. Todos os anos pensamos que imos tocar teito, pero non, cada vez hai máis xente, máis vendas... Ben sexa polo atrativo do viño, polo programa, etc. O Albariño é a mellor festa vinícola de España”, resumía el regidor. Con todo, “non podemos albergar un número ilimitado de persoas”, reflexionó, señalando además las “molestias” que padecen los vecinos, quienes “tamén teñen que quedar satisfeitos”, y sobre todo, porque “non pode ser o noso obxectivo, a festa ten que aportar algo a Cambados, que os asistentes volvan despois”, puntualizó Lago recordando los esfuerzos municipales por la desestacionalización turística.
La Festa do Albariño tiene algo que la convierten en una de las favoritas del verano y tras 72 ediciones se ha consolidado como un evento de masas. En las últimas se han tomado medidas para, por lo menos, extenderlas, como llevar la actuación más potente al jueves y apartar actuaciones del epicentro, ofreciendo así también “diferentes ambientes e alternativos” para quien acude más atraído por el ambiente festivo y la propuesta de ocio que por el vino.
A esto también contribuye la hostelería, ofreciendo conciertos en sus zonas, pero aún así el centro urbano continúa masificándose, sobre todo los viernes y sábados, aunque Cordal considera que esa dispersión de público “estase a conseguir en certa medida”. Las autoridades también creen que están ayudando a rebajar el siempre criticado botellón y Lago tiene la “sensación” de que este año “houbo menos”. Porque su completa erradicación, la ven imposible: “Non podemos dispersar á xente”.
A pesar de todo, el regidor está convencido de que mantiene su esencia: “É unha festa de exaltación dun produto e un dos seus piares é que sirva para promocionalo, e vemos algo moi positivo, moita xente moza consumindo viño. O presidente do Consello de Ribera del Duero estivo aquí e díxome que eles non son capaces de inicialos”.
Por su parte, el concejal de Festexos quiso que se tuviera en cuenta a lo que se enfrentan: “Que un Concello de 13.700 habitantes e cuns recusos limitados, sexa capaz de asumir esta inmensa tarefa con éxito, debe ser valorado positivamente”.
Asimismo aseguró que cada año “se incrementa o orzamento” en cuestiones básicas como seguridad, atención sanitaria, limpieza, etc. Esto último ha recibido algunas notas negativas por cómo amaneció la villa el lunes, pero el regidor defendió que fue porque el dispositivo extraordinario se centró en las zonas de celebración y solo quedaban algunas calles, prometiendo en todo caso solución.
Y en cuanto a los conciertos, la elección de ídolos juveniles como cabezas de cartel volvió a ser objeto de críticas, pero Cordal se mostró satisfecho de que “cun orzamento limitado”, lograron un “programa internacional e foi todo un éxito”, aunque “nunca vai chover a gusto de todos”.
No entra en sus planes crear zonas de acampada –hay quien lo hace en los parkings–, pues “compete á iniciativa privada”.
Tanto Cordal como Lago comparecieron sin los otros dos socios del cuatripartito, alegando ser la concejalía de Festexos la que llevó “todo o peso”, y agradecieron el esfuerzo de la plantilla municipal y del resto de instituciones implicadas. Y una cosa importante, no hubo incidencias de gravedad más allá de las “inevitables” en fiestas multitudinarias como esta, como el robo de carteras y móviles.