El CEIP Torre Illa se ha alzado con el premio nacional de “Buenas Prácticas en centros docentes”, dotado con 10.000 euros y otorgado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional en reconocimiento a su contribución a la mejora de la calidad educativa a través del proyecto “Enredando coa Pesca”.
Esta iniciativa educativa multidisciplinar partió de la pérdida de vinculación y conocimiento de los estudiantes con relación al entorno marino, a pesar de ser el principal motor socioeconómico de la localidad. Desde este eje, se centró en la sostenibilidad y la transformación social para proteger este medio, amenazado por el auge del turismo, la contaminación y la sobreexplotación de recursos marinos.
Entre las actuaciones del alumnado dentro de este plan destacan la regeneración y recuperación del arenal de Riasón para el marisqueo, estudios de la riqueza natural de la localidad, desarrollo de programas para la buena alimentación, programas de radio sobre el papel de la mujer en la pesca e iniciativas de fomento de la lectura e investigación.
Así, el premio destaca la importancia de impulsar actuaciones dirigidas a promover la sostenibilidad social, medioambiental y económica con un proyecto en el que se fomenta una ciudadanía responsable, crítica, activa y democrática. De igual manera, se resalta la capacidad transformadora del proyecto, por su característica innovadora, al desarrollar soluciones creativas; efectiva, al demostrar un impacto positivo; sostenible y replicable, ya que sirve como modelo para desarrollar políticas, iniciativas y actuaciones en otros lugares.
Este fue desarrollado durante el pasado curso y contó con la colaboración de todo el alumnado y profesorado, además de entidades como la OPP20 y la Cofradía de A Illa, además del Concello y otras asociaciones relacionadas con el cuidado medioambiental.
Por otra parte, otro centro educativo de O Salnés también acaba de recibir un reconocimiento, en este caso autonómico. Se trata del IES de Meaño, que se coronó en el certamen Novos Poliedros de la Xunta, alzándose con un premio de 125 euros y un lote de libros como regalo por el reconocimiento. El concurso, que homenajea la figura de Evarist Galois, creador del concepto de Simetría Científica, busca incentivar entre la juventud el interés por la ciencia, en particular por la geometría y la simetría, además de promover el uso de la lengua gallega entre los jóvenes. Así, a partir de una lista de poliedros, los centros participantes eligieron y reprodujeron uno o varios de ellos, utilizando el material que tuviesen a mano, desde impresoras 3D hasta simples cartulinas y, finalmente, lo nombraron con un nombre original en gallego.