El restaurador José Aguiño ha iniciado la limpieza de los grafitis del lavadero de Fefiñáns y posteriormente le tocará al Muíño da Seca. El coste de los trabajos contratados por el Concello asciende a unos 10.000 euros y el experto de la empresa Esteo espera borrar todo rastro, pero advierte de que estos ataques no son “algo superficial” y suponen un daño a unas estructuras ya antiguas que sufren, por mucho que las restauraciones no sean agresivas. El Concello también espera en un futuro eliminar unos de la iglesia de Fefiñáns, pero que son más leves.

“Penas de cárcere”

Aguiño compareció con el concejal de Patrimonio, Xurxo Charlín, quien recordó que sufragan los trabajos con ayudas de la Diputación y que tienen un coste “tan alto porque ten que facelas un restaurador”. También recordó que son bienes protegidos –BIC, en el caso del molino– y “calquera acto de vandalismo é considerado delito penal, co cal, aínda que nós non queramos, a Fiscalía vai actuar de oficio e pode ter penas de cárcere”. Por ello, reiteró lo dicho en otras ocasiones, que si hay interesados en expresar su “arte urbana” puede contactar con el Concello para hacerlo en muros y vallas autorizables, como ya hicieron alumnos de Belas Artes.

Técnicas

Aguiño volvió a detallar el plan previsto para ambos, es decir, una combinación de láser y otras técnicas de restauración. En el caso del Muíño da Seca explicó que la piedra “está moi deteriorada e moi aberta, entón a pintura entrou moi adentro e o soporte está moi débil, así que hai que aplicar técnicas un pouco especiais para evitar que a eliminación provoque outros danos colaterais”. Serán lo “menos agresivas posibles”, añadió, y, como ya ha dicho otras veces,  el láser “non é panacea”, pues funciona bien con algunos colores, y es por ello que tiene que hacer combinaciones.

Se trata de un trabajo delicado y, de hecho, el restaurador no se atrevió a dar unos plazos concretos, aunque está seguro de que durarán semanas. Y sobre el resultado espera que recuperen totalmente su estado original, pero hay que ir viendo cómo marchan. “O importante é que isto non volva pasar e que se cree conciencia porque, aínda que eliminar un grafiti pareza algo superficial, estes bens sufren,”, añadió. 

En su momento, el Concello denunció las pintadas del molino de mareas, pero los autores nunca fueron identificados. Sí lo fueron unos jóvenes que tiraron unas tejas de un inmueble auxiliar y se solventó con trabajos para la comunidad, en acuerdo con sus padres y “como escarmento”, apuntó Charlín. No obstante, “polo tipo de pintada –es un dibujo animado– é xente moza que seguramente descoñece que son bens protexidos, por iso queremos incidir en que teñen outros sitios”. También recordó que hicieron actividades con los centros educativos para sensibilizar al respecto.