El Concello de Cambados creó el pasado mes un nuevo paso de peatones en la Avenida de Vilariño que incumplía los preceptos exigidos en la autorización concedida por la Xunta, que es titular de la carretera, la PO-550. En lugar de acatarlos, lo borró y decidió hacerlo en otro lugar, un poco más alejado de la ubicación demandada por los residentes.

Hace tiempo que los vecinos pedían un paso seguro en este punto, hacia el inicio de la avenida, pero el Ayuntamiento estuvo demasiado rápido. La Axencia Galega de Infraestruturas (AXI) le dio permiso pero tuvo que enviarle un requerimiento porque “pintou o paso de peóns sen cumprir” los condicionantes de la autorización. Concretamente le pedía eliminar una zona de aparcamiento 10 metros antes y rebajar la acera en aras de “garantir a seguridade viaria e a accesibilidade”.

No obstante, en lugar de hacerlos, optó por anularlo con pintura y elegir otra ubicación, pues, según el alcalde, Samuel Lago, esas condiciones no les parecían las mejores. Generarían “molestias”, como anular estacionamientos frente a un negocio y casas o dificultar el giro de los camiones de una empresa de la zona, alegó. “Era complexo porque había que conxugar varios factores”, añadió.

El nuevo estará a unos cinco metros más abajo del borrado, hacia la rotonda de Vilariño, donde hay menos necesidad, pero Lago lo sigue considerando adecuado para los intereses vecinales y al mismo tiempo “cumprir cos requisitos da AXI”, que le pidió cierta separación con respecto al cruce de los caminos de A Pedreira y Aldea Cacabelos, así como de la parada de autobús, explicó. De hecho, considera que “vai contentar a todo o mundo”.

Esta semana estuvo con los técnicos de la Axencia mostrándoles la nueva propuesta y ellos le trasladaron las condiciones que debe tener. El regidor detalló que, entre otras cosas, se eliminará algún aparcamiento, pero esta zona es menos usada, y ese espacio se aprovechará para incrementar el ancho de la acera existente en un tramo de 10 metros de longitud. También habrá que hacer cambios en una arqueta de alcantarillado.

El alcalde se lamentó de que “vai saír máis caro” porque “na reforma que fixo a propia Xunta na PO-549 non se seguiu ese criterio de deixar dez metros; puxo  un cebreado para garantir a visibilidade e iso valería perfectamente neste caso”.