Una vecina de Cambados ha sido condenada al pago de una multa de 360 euros como autora de un delito leve de coacciones por grabar e increpar a los clientes de un taller mecánico ubicado frente a la vivienda de un familiar suyo. El propietario acabó denunciando a la mujer alegando que su conducta estaba perjudicando su negocio y que incluso llegó a perder clientes.
Los hechos se remontan al año 2022 y la Audiencia de Pontevedra acaba de confirmar la sentencia condenatoria emitida por un juzgado de Cambados, desestimando el recurso de apelación interpuesto por la denunciada, quien alegó error en la valoración de las pruebas.
La resolución recoge el caso de un cliente, el cual declaró en la causa que un día observó como la condenada le estaba grabando y cuando le preguntó qué hacía, le respondió con insultos como “payaso”. Asimismo expone que, en una ocasión, ella llamó a la Policía Local de Cambados alegando que el negocio hacía trabajos hasta altas horas de la noche, entre otras cuestiones. Sin embargo, los agentes que se personaron en el lugar comprobaron que solo se estaban realizando labores de limpieza y “no se escuchan golpes, ni máquinas trabajando, no se observa vehículos encendidos y los accesos al taller así como la calle se encuentra libres de vehículos en el momento de la inspección”, anotaron en su parte.
Llegados a este punto, el mecánico decidió denunciar la actitud de su vecina ante la Guardia Civil y el juzgado de instrucción de Cambados acabó condenándola a dos meses de multa a razón de seis euros diarios como autora de un delito leve de coacciones. El denunciante señaló que se estaba coartando su libertad a poder desarrollar su actividad laboral y que con sus grabaciones impedía realizar una entrega rápida de los vehículos a sus clientes e incluso llegó a perder a alguno.
La mujer recurrió la condena ante la Audiencia, pero los magistrados consideran que la decisión es ajustada y señalan que la versión del afectado es “creíble por su exposición ordenada, clara, concisa, ubicándola espacio temporalmente de forma adecuada”. Pero además apuntan que se ve corroborada por los datos aportados por un cliente y los policías locales, cuyas declaraciones “son persistentes manteniendo la misma sin ambigüedades ni contradicciones”, así como que la mujer reconoció tener las grabaciones, “haciendo notar la gran contundencia en su testimonio del denunciante y los tres testigo”.