La Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a un policía nacional fuera de servicio y a su padre por tres delitos leves de lesiones por una agresión a un grupo de amigos en las inmediaciones de la playa de A Lanzada, en el municipio pontevedrés de O Grove, a los que increparon por tirar una cajetilla de tabaco por la ventanilla del coche.
La sentencia acredita que en la madrugada del 16 de agosto de 2021 cuatro jóvenes fueron a un concierto en la arrocería de A Lanzada, coincidiendo allí con otros tres. Sobre las 01,30 horas, los primeros se fueron de allí en un vehículo estacionado en las inmediaciones, donde también se encontraban los acusados junto a otro familiar después de cenar en un chiringuito.
Tras salir del aparcamiento, la conductora del vehículo en el que viajaban los jóvenes se detuvo porque se le había caído un cigarrillo en el interior. En ese momento, uno de los ocupantes tiró por la ventanilla del copiloto una cajetilla vacía de tabaco.
Así, el agente les recriminó la actitud, según detalla la sentencia, diciéndoles que era policía y que "se iban a enterar". Uno de los jóvenes se bajó del turismo para "mediar con él, dialogar y pedir disculpas" pero, "viendo el estado de excitación" del acusado, regresó al coche.
Fue en ese instante cuando el policía y su padre "lo cogieron por los brazos para sacarlo por la ventana, que estaba abierta". Acto seguido, sus acompañantes se bajaron del coche para tratar de auxiliarlo "empleando la fuerza necesaria para evitar que continuase la agresión" al varón, que "se quejaba de que no podía respirar".
Visto que no cesaban con su agresión, una de las mujeres acudió a pedir un móvil a otra persona, con el que sacó unas fotografías en las que retrataba la posición de la víctima "aprisionado en la ventanilla siendo tirado de sus brazos" por uno de los acusados y "empujándole detrás" por el otro.
En ese instante, el progenitor propinó un puñetazo a una de las chicas, mientras que su hijo, siempre según la sentencia, le dio un golpe en la cara con el puño cerrado a otra. Al mismo tiempo, la víctima que se encontraba en el coche comenzó a gritar de nuevo "que se quedaba sin aire, pidiendo socorro", por lo que su novia "decidió dar un patada a uno de ellos, gracias a lo cual lo soltaron, desvaneciéndose en ese instante y perdiendo el conocimiento".
A continuación, tras llamar a la Guardia Civil, una patrulla se personó en el lugar e identificó a los participantes en la trifulca. El policía se identificó como agente de la Policía Nacional destinado en Palma de Mallorca y, según la diligencia de exposición de los hechos, refería "una actitud alterada". Se le pidió que se tranquilizase y se apartase a un lado para poder realizar las labores policiales, pero "hizo caso omiso a las órdenes de los agentes".
Asimismo, la sentencia refleja que el acusado se encontraba bajo los efectos del alcohol, ya que era "muy repetitivo" y no hacía caso de las órdenes de los guardias, además de manifestarles que "en Mallorca no se hacía así porque tenía su guardia pretoriana".
El grupo de jóvenes acudió esa misma madrugada al servicio de urgencias del Complejo Hospitalario de Pontevedra (CHOP), mientras que el policía y su padre acudieron al PAC de O Grove.
La sentencia, que es firme, condena al agente y a su progenitor a tres delitos de lesiones leves, por lo que deben indemnizar a las víctimas en concepto de responsabilidad civil, así como al Sergas.
Además, absuelve a los cuatro amigos y pide poner en conocimiento de la comisaría de destino del acusado esta resolución, remitiéndose la misma a través de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional de Pontevedra.