El sector marítimo de la Ría de Arousa afronta este año una situación compleja ante la caída de la producción y la crisis del marisqueo, que deja bajo mínimos a gran parte de las lonjas arousanas. Se trata de un descalabro generalizado, pues los pósitos registraron una caída de 12.726.192 euros con respecto al ejercicio anterior al cierre de agosto. Una caída libre que se vuelve incluso más agónica en las cofradías más dependiente a los mariscos, como el caso de Vilanova, Rianxo y A Illa, donde el cese de actividad por la desesperante falta de bivalvos en sus concesiones ha dejado en mínimos históricos la facturación. 
 

El caso más destacable es el de Vilanova, que, apenas, registra una facturación de 148.036 euros en los primeros ocho meses del año, lo que supone un 7,81 % de las cuentas del 2023 a estas alturas, que superaban los 1.895.000 euros. En la zona norte de la Ría, Rianxo y Cabo de Cruz sufren también las consecuencias de la crisis del marisqueo. Según los datos recabados en PescadeGalicia, la lonja rianxeira generó movimientos por 282.475 euros, un 8,89 % de lo recabado en 2023, y la rula de Cabo de Cruz 407.891 euros, un 16,86 %.

Así, que las principales especies de bivalvos se hayan quedado bajo mínimos se ha traducido en un descalabro del que se han salvado escasas cofradías, que consiguieron minimizar el balance negativo, algo de lo que, sin embargo, no se ha librado ninguna rula de la Ría. Entre las que han mantenido el tipo se encuentran Portonovo y Ribeira, que sigue liderando la facturación de las lonjas en la Ría de Arousa. De hecho, es —con diferencia— una de las lonjas de Galicia que más marisco y pescado mueve después de comercializar en 2023 cerca de 29.000 toneladas. Una cifra que lo convirtió, incluso, en líder autonómico. Sigue esta año, pese a las dificultades, esa misma línea, con un saldo positivo de 26.648.327 euros, frente a los algo más de 27 millones alcanzados al cierre de agosto de 2023, después de que pasaran por sus instalaciones marítimas 14.634.523 millones de kilos de marisco y pescado.

Cifras por municipio

Así, las rulas arousanas cerrar los primeros ocho meses del año con una facturación ligeramente inferior a los 45 millones de euros. En cuanto a la temporada estival, los meses de junio, julio y agosto —una época en la que se incrementan las ventas y precios—superaron ampliamente los 20 millones. En cuanto a los municipios, tras Ribeira, que aglutina más de la mitad de los movimientos de la Ría, se sitúa Carril, que también sufrió la mortandad de marisco en sus parques de cultivo, y que cierra agosto con unas pérdidas acumuladas de más de 2.885.000 euros. 

La siguiente con más empuje es Cambados, que acusa también la falta de bivalvos, registrando en las dependencias de Tragove un movimiento de 3.957.094 euros. Cabe destacar la apertura del pósito a nuevos mercados, como puede ser el de las algas, que duplicaron la facturación con más de 53.000 euros. Bastante menos pescado y marisco tuvo que mover O Grove (331.170 frente a los 694.255 kilos de Cambados) en lo que va de año para obtener una facturación muy similar, quedándose con 8.837.311 euros. Una cifra muy alejada a los más de cinco millones que alcanzó a estas alturas de 2023. La Cofradía tiene, no obstante, en el final del año dos grandes bazas, ya que, con a la campaña de la Navidad se le suma la apertura de la veda del Centollo y del Buey.

Entre los que resistieron la pérdida de facturación de forma aceptable destacan Portonovo y Aguiño, donde el erizo se sitúa en primera posición como fuente de ingresos, aunque también los bivalvos y los cefalópodos, como son los percebes.

En la otra cara de la moneda, A Illa es una de las más damnificadas, cerrando agosto con un balance de 1.485.155 euros, apenas poco más de la mitad de las cuentas que la lonja arrojó en el ejercicio de 2023.