El Cristo de Francisco Leiro ha vuelto a Santa Mariña. Como siempre, la obra había sido retirada en otoño para evitar un posible deterioro porque no tiene buen cobijo en las famosas ruinas de Cambados.
El Concello se encargó de su colocación, pues cabe recordar que el reputado escultor cambadés hace años que se la cede para que ocupe el lugar del Cristo original de la antigua iglesia. Fue retirado hace casi una década, en 2014, porque estaba en tan mal estado que corría el peligro de desintegrarse. Desde entonces descansa en un almacén a la espera de una restauración que, por propiedad, le corresponde a la Iglesia y que el Concello no está dispuesto a asumir.
La última vez que se habló del asunto se calculaba que el arreglo tendría un coste de entre 3.000 y 7.000 euros y el restaurador encargado de evaluar su estado advirtió que estaba muy mal.
El gobierno local de aquel entonces parecía decidido a acceder al pago ante lo significativo del cementerio, ya no solo como lugar de descanso y culto religioso, sino porque es uno de los recursos turísticos más importantes de Cambados. Sin embargo, sus sucesores consideraron injusto cargarlo a las arcas municipales sin que la Iglesia aportase nada.
Fue entonces, ya en 2015, cuando surgió la oportunidad de que el escultor cambadés cediese de manera temporal su Cristo; una talla de casi tres metros de envergadura y que fue realizada para una exposición en México. Era algo puntual, pero se convirtió en una costumbre y se trata de un nuevo reclamo, pues Francisco Leiro es uno de los escultores más prestigiosos de España.