La vendimia de la Denominación de Origen Rías Baixas habría llegado a su fin de no ser por las lluvias aparecidas en los últimos días. Quedan algunas fincas y variedades por recoger, sobre todo en la subzona de la Ribeira do Ulla y algo en O Rosal, pero es tan poco que los técnicos no creen que la cifra varíe significativamente. A día de ayer ya habían entrado 41,3 millones de kilos, cumpliéndose las estimaciones lanzadas a mediados de julio.
Al comienzo de la recolecta había bodegas que rebajaban las previsiones iniciales de merma de la cosecha, pero, con todo, “la cantidad ya no nos preocupa mucho, lo importante es la calidad”, explica el director técnico del Consello Regulador, Agustín Lago. Y en este sentido están “muy contentos” porque está siendo “excelente” y, de hecho, “a priori, parece que estamos ante una de las mejores cosechas”, añadió.
El año empezó complicado debido a una lluviosa primavera, sin embargo, las condiciones meteorológicas se han portado en la vendimia, con un agosto y septiembre de estabilidad y buen tiempo, por lo menos hasta ayer. Pero para este momento, bodegas y viticultores ya tenían en bodega casi toda la cosecha, así que no ha habido problemas.
Con esas 41.000 toneladas se podrán producir en torno a 28 millones de litros de vino, que es la otra parte importante que empieza ahora con la elaboración en bodega. El estado del fruto y sus cualidades también presagian una buena añada. Una de las cuestiones más destacadas este 2024 por el sector ha sido el gran potencial aromático sobre todo de la variedad reina, el albariño, que supone en torno al 96% de todos los viñedos de Rías Baixas. “Y si aún por encima, los parámetros de los mostos son como lo encontrado, con una graduación y acidez muy compensadas, esperamos un buen año”, apuntó Lago.
El sector siempre busca el momento óptimo de madurez para recoger el fruto, pero a veces las condiciones meteorológicas apuran los planes pues pueden producirse problemas de botritis, por ejemplo. Este no ha sido el caso y por eso también ha sido una recolecta tranquila.
La previsión es que el cierre definitivo se produzca entre este fin de semana y la próxima semana, pero lo que entre ya no modificará mucho más los 41.300.000 kilos registrados hasta el día de ayer, siendo “un poco más de lo estimado, pero muy poco más”, puntualizó el experto.
En O Salnés quedaba alguna bodega, pero casi nada y más bien se estaba a la espera de grandes fincas en el Ulla y algo en O Rosal, pero más bien condicionado por dificultades a la hora de mantener temporeros a estas alturas de la campaña. También restaba por recoger algunas variedades tintas más tardías.