El Foro de la Toja contó ayer con una de las ponencias más esperadas, la de Edmundo González Urrutia,  ya que era la primera vez que rompía su silencio tras su llegada a España como exiliado tras huir de la “intolerancia y de la represión” que estaba viviendo en su país. Sus palabras fueron claras y no dudó en proclamarse como el “presidente electo reconocido por ocho millones de venezolanos” en las elecciones celebradas el pasado 28 de junio. 

Además, expuso que su salida de Venezuela es solo “temporal” y que volverá a su país el próximo diez de enero para poder tomar posesión de su cargo tras haber mostrado las actas originales “de manera transparente”.
 

Esta es la primera vez que González Urrutia expresa en público y se reconoce como presidente de Venezuela y lo hizo, no sin antes reconocer la hospitalidad de España en, la que tildó, como la situación  personal “más difícil” que ha vivido. También quiso agradecer este espacio para alzar su voz “sin ataduras, con la libertad que me permite este país”.
 

Durante su intervención no se olvidó de sus compatriotas y señaló que “mientras yo estoy aquí ellos tienen experiencias terribles” para las que utilizan la palabra insilio, que significa un exilio interior “por miedo y por las amenazas que hacen que tengan un silencio forzado y asuman una apariencia de actitud indiferente a lo que ocurre en el país”.
 

González Urrutia retrocedió al pasado en su comparecencia y recordó, por un lado, los años en los que Venezuela acogió a los españoles que huían de la guerra y ayudaron a crear un país más próspero y, no tan lejanos, los años en los que las inversiones españolas eran persistentes en Venezuela.

 En relación a eso, aseguró que el objetivo es volver a atraer ese capital y “rescatar nuestra normalidad democrática e institucional en el país” y apeló a recobrar el valor del diálogo y la convivencia para poder recuperar y reconstruir la imagen de Venezuela. 

Por último, quiso despedirse del foro recordando a Camilo José Cela y su obra “La Catira”, y animó a volver a leerla, para valorar, esta vez “mejor su contenido”.
 

Después de esta intervención en el Foro de la Toja también intervinieron, entre otros, la ministra de Defensa Dolores de Cospedal o la ministra Fátima Báñez.
 

El evento llega hoy a su clausura después de haber recibido en los tres días de celebración, entre otras personalidades, la visita del rey de Espala Felipe VI, los presidentes Felipe González y Mariano Rajoy, o el vicepresidente de la Comisión  Europea Josep Borell. 
 

Las ponencias de la jornada de se celebrarán únicamente en horario de mañana y se centrarán en la pandemia de la polarización con la intervención de Yascha Mounk, Víctor Lapuente y Beatriz Becerra; y en las nuevas tecnologías, la Inteligencia Artificial y el Empleo. En estas contarán con la presencia de Agustín Rayo, Carmen Artigas, David Autor y José Juan Ruiz. 

Los encargados de clausurar esta sexta edición del Foro La Toja Vínculo Atlántico serán Carlos López, Martin Wolf y el ministro Félix Bolaños. 

Un año más el municipio de O Grove, gracias a esta gran iniciativa, se ha convertido en un espacio imprescindible para el encuentro, el debate, la reflexión y el lugar idóneo para la defensa de la democracia liberal. 

Rueda señaló la financiación y el problema de la vivienda como los grandes desafíos de Galicia

Otro de los momentos más destacados de la jornada de ayer en el Foro de La Toja fue la Mesa Autonómica en la que participaron, además del presidente de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, sus homónimos en las Islas Baleares y las Islas Canarias, Marga Prohens y Fernando Clavijo, respectivamente. 

El coloquio se centró en los desafíos autonómicos de cada una de las regiones, siendo Rueda el primero en poner sobre la mesa. Así, el presidente de la Xunta señaló que el primer reto es la financiación y mostró su pretensión de seguir luchando para que la igualdad básica entre todos los españoles se mantenga. Como segundo desafío indicó el problema de la vivienda y recalcó la importancia de “apartar demagogias”, señalando que ninguno de los concellos gallegos pidió declararse como zona tensionada. Como tercer desafío para nuestra comunidad, Rueda hizo referencia al “falso dilema” entre medio ambiente e industria, afirmando que en Galicia es posible preservar y cuidar del territorio y, a la vez, favorecer el desarrollo económico.