O Grove es uno de los municipios turísticos de Galicia por excelencia. Esto significa que en los meses de verano la población que vive en la localidad se multiplica, llegando a triplicarse en el mes de agosto. El aumento de los habitantes en una localidad como esta provoca, en muchas ocasiones, que las comodidades se reduzcan: no sea sencillo aparcar el coche o acudir a alguna playa, los trayectos sean más largos por culpa del tráfico o incluso haya que hacer colas para entrar en un restaurante o un bar.
 

Estos inconvenientes sumados a que cada año son más las personas que visitan O Grove han hecho que vecinos de la localidad muestren su enfado en distintos grupos y comentarios en redes sociales e incluso coloquen pegatinas ofensivas en diferentes localizaciones del municipio.
 

Esta situación es criticada por el Concello, desde donde indican que son conscientes de la importancia que tiene el turismo para una villa como la suya. “O Grove somos un pueblo amable con turismo, y vivimos de los turistas, por lo que no podemos más que reconocer la importancia de la llegada de visitantes a nuestra localidad”, señala José Cacabelos, alcalde del municipio. Es por ello que, aunque reconoce haber visto algunos de esos adhesivos colocados en parte del mobiliario urbano del centro, también afirma que ha solicitado a los servicios de limpieza que los retiren de manera inmediata y lo hará con cada una de las pegatinas que se encuentren en el municipio. “Mandaremos eliminar todas  y cada una de las pegatinas que aparezcan en O Grove”, señala Cacabelos.
 

La Asociación de Empresarios Grovenses de Bens e Servizos, Emgrobes, comparte la misma opinión con el Concello. “Desde la asociación promovemos y promocionamos el sector turístico de O Grove, somos muy conscientes de lo que nos ayuda en la economía”, cuenta María Gómez, gerente de la asociación. Y añade: “todos los visitantes son bienvenidos, lo único que pedimos es respeto en general, que haya una convivencia y bienestar entre los vecinos y los turistas”. 

Con esta misma idea señala que, tanto los vecinos de O Grove precisan a los turistas como ellos necesitan a la localidad. “No nos gustan las situaciones incívicas pero no le echamos la culpa al turismo ni tampoco a los visitantes que vienen de fuera, creemos que gente con malos comportamientos la hay en todas partes, incluso en nuestros vecindarios”, señala Gómez. 
 

Tras consultar con muchos de los asociados de Emgrobes, su gerente afirma que a O Grove llegan turistas de todas las clases: “hay los que digamos, piden una consumición para seis, pero también hay personas que van a un restaurante y piden la mariscada más cara”.

Tasa turística
 

Tanto el Concello como la asociación de empresarios de O Grove coinciden en que lo importante es buscar fórmulas para que la convivencia entre los residentes y los turistas sea cada vez mejor.
 

“En O Grove no tenemos turismofobia ni nada de eso”, señala María Gómez, gerente de Emgrobes. Mientras, Cacabelos, el alcalde del municipio indica que “esta corriente o mofa con la tontería de llamar a los visitantes fodechinchos no lo compartimos”. Y añade: “estas reacciones nos parecen, además de un error, una visión muy simplista de lo que es el turismo y de lo que representa, en este caso, para un municipio como O Grove”.
 

Para conseguir la sintonía entre el vecino y el turista, ambos agentes indican que es necesario que haya respeto mutuo y, además, que se mejoren las instalaciones, ya que esto repercutirá para bien, tanto de unos como de otros. 

Teniendo esto claro, el alcalde de O Grove señala que para conseguir mejorar los servicios que ofrece el municipio debe abrirse el debate de la financiación para las localidades que, en los meses de verano, multiplican el número de residentes. “Es necesario que los concellos que estamos reconocidos como turísticos tengamos una conversación con la Xunta. Que se sienten a hablar con nosotros y habiliten algún tipo de ayuda concreta para poder mejorar nuestras infraestructuras ante la llegada de los miles de visitantes”, señala Cacabelos. De no ser así, explica, será necesario que los propios Concellos busquen vías de financiación y, comenta, la única que hasta ahora parece viable es la de instaurar una tasa turística en el municipio.
 

Esta no es la primera vez que el alcalde de O Grove abre el debate de la necesidad de instaurar este impuesto a los visitantes durante su estancia en la localidad, ya que en el mes de junio no dudó en plantear esta opción como una solución a las necesidades de su municipio a la hora de recibir a los turistas. 

La aplicación de esta tasa, señala el edil socialista, para él tiene connotaciones muy diferentes a las que actualmente se pueden leer o escuchar. “Nosotros hablamos de este tema pero alejándonos de relacionar la tasa turística con la turismofobia o la masificación”, indica Cacabelos. Para él, explica, este impuesto es únicamente una nueva vía o forma de financiación que, lo que busca, es ofrecer los mejores servicios tanto a los vecinos de O Grove como a los turistas que escogen esta villa para pasar sus vacaciones, sobre todo durante los meses de verano.
 

“Tenemos que buscar fórmulas para mejorar los servicios de O Grove, ampliar el número de aparcamientos, renovar los accesos a las diferentes playas, reforzar el número de socorristas en los arenales, aumentar el número de policías..., todo esto con el objetivo de mejorar la calidad de vida de vecinos y turistas, pero para ello necesitamos financiación”, señala Cacabelos, sugiriendo que, si desde la Xunta no les ayudan, serán los propios Concellos los que tengan que buscar la forma de poder ofrecerlo.
 

Con todo, Cacabelos señala que después de este verano retomará una vez más este debate y buscará una reunión junto al resto de localidades turísticas de Galicia con la Xunta para buscar una solución a los problemas de financiación.