Un hermoso velero fondea desde ayer frente a la costa de A Illa de Arousa. Se trata del Shtandart, réplica de una fragata rusa del siglo XVIII, envuelta en un mar de problemas debido al conflicto internacional entre Rusia y Ucrania. Dos embarcaciones de la Guardia Civil custodiaron desde primera hora el barco, mientras Capitanía Marítima de Vilagarcía decidía sobre la posibilidad de permanencia o no en estas aguas. Finalmente, a primera hora de esta tarde, las autoridades comunicaban la decisión al buque: "Nos ha notificado que debemos salir inmediatamente de aguas territoriales", explican desde la tripulación. Así lo ha confirmado también la Capitanía.
El buque extranjero ya había sido vetado en Francia y, posteriormente, puso rumbo a España. Más recientemente fue vetado en A Coruña y, después, en Vigo, donde tenía previsto participar en la Iacobus Maris Experience.
Un paquete de sanciones de la UE contra Rusia, en respuesta a la escalada tras la invasión del gobierno de Putin a Ucrania, prohíbe el acceso a puertos de la Unión a barcos rusos. El Shtandart enarbola hoy pabellón de las Islas Cook, pero esto no basta para disipar la prohibición de sus atraques en países como España, confirman desde Capitanía Marítima.
Diario de Arousa consiguió esta mañana hablar con uno de los tripulantes a bordo de la fragata. Asier Alcorta explica que la embarcación funciona principalmente "en temas culturales", "nuestra función es enseñar a la gente a navegar al estilo tradicional. También asistimos a festivales". A bordo hay personas de varias nacionalidades.
Justamente, a su paso por el festival en el país galo se encontraron con gente de la Escuela de Navegación Tradicional (ENT) de la Asociación Dorna de A Illa que, viendo la belleza del buque, los invitaron a "pasarse pola Arousa cando quixeran". Así lo confirma también el presidente de la ENT, Héctor Suárez. Él mismo explica que, cuando lo hicieron, "non sabiamos que era un barco ruso", ya que, actualmente, su bandera es de las Islas Cook. "Non sabiamos que tiña este tipo de problemas".
En cualquier caso, fueron invitados a participar en la Regata do Bao, que se celebrará el próximo sábado, 3 de agosto. Y por ello, pusieron rumbo a A Illa tras ser rechazados en otros varios puertos, incluido el vigués.
Desde la tripulación, Asier Alcorta subraya, además, que en A Illa fondearon, no entrando a puerto, aunque la orden recibida a bordo por parte las autoridades es "abandonar las aguas territoriales".
El capitán del barco, Vladimir Martus —de origen ruso—, emitió esta misma mañana una carta en respuesta a las órdenes de las autoridades marítimas de la zona. En ella presenta una batería de once alegaciones, entre las que indica que "el 6 de junio de 2024, el barco fue registrado bajo la autoridad de las Islas Cook, siguiendo una solicitud de la administración marítima francesa. La transferencia de propiedad fue verificada por abogados y confirmada como legal. Actualmente, el barco enarbola la bandera de las Islas Cook". "El TS Shtandart es un buque de construcción tradicional, de madera y con tres mástiles. Desde su botadura en 1999, se ha utilizado como buque escuela para jóvenes de todas las nacionalidades y como barco museo".
El rechazo de entrada en Vigo, afirma, "nos imposibilita la elaboración de un nuevo plan de viaje y la logística/cambio de tripulación". "Al no tener provisiones de comida y agua, tuvimos que fondear. Además, tenemos un problema técnico con el generador del barco. Se necesitan repuestos". El capitán también explica que actualmente están en mínimo de tripulación: "Ahora tenemos 11 personas a bordo, incluidos 2 adolescentes. La tripulación de reemplazo llegará el 4 de agosto".
El tripulante con el que ha podido hablar este Diario asegura que no sería técnicamente posible abandonar el fondeo. "Es un requerimiento que ahora no podemos atender. No tenemos tripulación suficiente. Estamos fondeados por ancla y no tenemos medios mecánicos o eléctricos para subirla, lo hacemos a mano, porque este barco es histórico". "Tampoco tenemos cantidades suficientes de agua, ni de víveres, para emprender una travesía".
La Asociación de Axuda Para Ucraína (AGA-Ucraína) denunció hace unos días la llegada de esta fragata a Galicia. Fuentes de esta entidad declaraban hoy a Diario de Arousa que "realmente, este barco es de Rusia. Cambió la bandera para participar en una feria" de embarcaciones históricas, en Francia y posteriormente en Vigo. "Pero por reglamento" comunitario, "todos los barcos de Rusia están bajo sanciones. No puede entrar a los puertos de la UE, como Francia o España", exponen, como todo barco que tuviera pabellón ruso a la altura de "febrero de 2022, aunque posteriormente cambie de bandera", como parece ser el caso.
El buque, alegan, "lleva jugando con las autoridades francesas dos años, sigue siendo propiedad de una empresa de San Petersburgo. Y además se dedica a hacer actos propagandísticos rusos", afirman sobre su situación.
Dudan incluso de sus fines: "Llegan a desconectar la señal GPS para no ser localizados" y temen que incluso puedan llegar a cartografiar "la costa española, pudiendo dar toda esta información al ejército ruso". Sea como fuere, subrayan, "no tiene permiso para estar en un puerto de la UE, ha fondeado ilegalmente en A Illa" y, por eso, insisten en reclamar a las autoridades españolas que "lo expulse".
Desde el Shtandart, su capitán alega, por su parte, que "mi barco no está bajo sanciones personales, no tiene vínculos con el gobierno ruso", "el propietario del barco es ciudadano de la UE, la gestión del barco está a cargo de la empresa registrada en la UE Martus TV GmbH" y afirma que hubo "acusaciones falsas de que Shtandart está vinculado al gobierno ruso" que han "llevado ante los tribunales".
Ante esta compleja situación, se desplegó esta mañana el operativo policial en la la zona. Fuentes de la Guardia Civil confirmaron, efectivamente, que en principio el buque tenía bandera rusa y hubo un cambio a bandera de conveniencia. Fondeado ante A Illa de Arousa, los agentes colaboraron con la Capitanía Marítima, que durante estas horas valoró las razones que esgrimió el buque y si estas eran o no suficientes para permitir la estancia, incluyendo actuaciones de inspección. Se unió también al operativo una embarcación de Salvamento Marítimo.
Finalmente, el buque recibió a primera hora de esta tarde la orden de abandonar el fondeo. "Nos han notificado que debemos salir inmediatamente de aguas territoriales. No nos hemos reabastecido y la situación de víveres, tripulación y averías es la misma que esta mañana, por lo que el riesgo es el mismo", explican desde la tripulación.
Partirán, así, en cualquier momento: "Vamos a acatar las órdenes y empezaremos a maniobrar tan pronto como podamos".
El capitán marítimo de Vilagarcía de Arousa, Juan Andrés Pérez, detalló esta tarde los pormenores técnicos de una ajetreada jornada cuya experiencia resumía así: "Fue muy inusual. A mí en 18 años (de servicio) nunca me había sucedido" algo como lo vivido en las últimas horas.
Según exponen desde Capitanía, el barco habría desobedecido reiteradamente múltiples advertencias previas. Así, "el barco quiso entrar en A Coruña hace cuatro días" y, tras negarle la entrada allí, lo intentó en Vigo. No obstante, desde el veto en A Coruña, "apaga el dispositivo de seguimiento, que debe tener encendido en todo momento", el AIS (Sistema de identificación automática). Se trata de una tecnología ideada para evitar colisiones y cuyo uso es de estricto cumplimiento.
"Capitanía de A Coruña, a través de Salvamento Marítimo, le pide que contacte. Ellos nunca responden esas llamadas", que llegaron a realizarse "cada hora" al buque.
Tampoco atienden los mensajes emitidos por el canal 16 —de emergencias, al que todo buque debe estar permanentemente conectado, en situación de navegación o fondeo— y, finalmente, entran a la Ría de Arousa y "fondean sin pedir permiso". Juan Andrés Pérez mostró su "sorpresa" por tal decisión: "No es algo habitual, es muy infrecuente. Nadie se toma la libertad de entrar a un Estado y hacer lo que han hecho".
Por tal actuación, Capitanía de Vilagarcía, a través de Salvamento Finisterre, trató nuevamente de contactar con esta réplica de fragata histórica. "No dan contestación y mantienen la misma postura".
En la noche del viernes al sábado, aprovechando unas maniobras de la flota aérea de Salvamento, peinó la zona el helicóptero Helimer 401. Este medio aéreo se acercó al buque y "se puso en su vertical y le puso el foco", comunicándole además por radio que, "por favor, contesten". A pesar de ello, no hubo respuesta, indican desde Capitanía.
Constando que existe una "entrada y fondeo ilegal", en la misma noche, hacia las 23:30 horas, Capitanía cursó una orden de expulsión. No obstante, no fue de ejecución inmediata: Teniendo en cuenta que era de noche, quiso hacerse con toda la seguridad posible. Por ello, se le dio de plazo para abandonar el fondeo hasta las 12 del mediodía de este sábado.
En la mañana en la que terminaba este periodo de margen fue cuando se montó el dispositivo de Guardia Civil, Salvamento y Capitanía en A Illa. A las 11, una hora antes del vencimiento del plazo, el barco contestó, a través de la carta publicada por su capitán.
A partir de entonces, Capitanía evaluó el contenido y sus alegaciones, llegando a cursar una inspección a bordo. La decisión final, efectivamente, se comunicó hacia las 17 horas: Debían abandonar las aguas territoriales, concediendo un periodo voluntario para hacerlo, antes de la ejecución subsidiaria.
Desde Capitanía redundaban en la sorpresa por el cúmulo de acontecimientos. "Si hubiese dicho desde el primer momento su situación, seguramente se habría atendido y aceptado. Pero ante las negativas, el esquivarnos, el no atender las insistentes llamadas... nos hace tener que conformar el juicio técnico" emitido, de expulsión.
Finalmente, el barco inició la maniobra de levar anclas y salida de la Ría hacia las 18:45 horas. Fuentes de la Guardia Civil confirman que escoltarán la singladura hasta las doce millas para asegurar que cumple con la orden de salida.