Hace ya muchos años que los defensores de la cultura marítima tradicional tienen en mente “resucitar” una tipología de gamela única y propia de Cambados y extinta desde los años 50, por lo menos que se sepa. Lo cierto es que no han encontrado ninguna que poder restaurar, así que la única opción es reconstruir un ejemplar. Estas personas se fueron luego constituyendo en asociaciones para realizar un trabajo de recuperación y divulgación de este patrimonio de una manera más organizada. Es el caso de Xaquín Cuíñas –por nombrar uno– y que junto al resto de sus compañeros del Clube Mariño Salnés están muy cerca de que por fin sea una realidad y obtenga la misma consideración que otras reconocidas como la “coruxeira” o las gamelas de A Guarda y Cabo de Cruz.
Su deseo es que la botadura se pueda realizar en 2023, precisamente cuando la asociación celebra su 25 aniversario. La madera ya se cortó en Navidad, en el momento idóneo porque es cuando el pino tiene una cantidad de savia más reducida, pero ahora debe permanecer seis meses en curación. Así que si todo marcha según lo previsto, la construcción podría empezar en la primavera.
Cuíñas explica que llegar hasta aquí no ha sido tarea sencilla. Lo ideal hubiera sido encontrar un modelo “vivo” o algunos planos con los que guiar la mano del maestro de carpintería de ribeira que la construirá. Pero no ha sido posible. No obstante, en su incansable búsqueda han podido recopilar fotografías como una perteneciente al archivo de la Cofradía de Pescadores San Antonio de Cambados de la “Lourdes” y que es la única imagen conservada de una gamela de Cambados en navegación con la vela desplegada. También testimonios de los más mayores que aún recuerdan estas embarcaciones surcando la ría o amarradas en los puertos de Tragove y San Tomé.
Todo este trabajo les ha permitido elaborar un proyecto básicos gracias a las manos expertas de Pepe Garrido de los astilleros grovenses del mismo nombre y cuyos inicios datan de mediados de 1800. Así que ya tienen perfiladas sus principales aspectos técnicos como que tendrá 7,10 metros de eslora y llevará remaches en cobre. “Está ao 95 % e xa é suficiente para facer a réplica, quedan pequenos detalles que se resolverán no proxecto definitivo do enxeñeiro naval”, explica el socio del club. (Al superar los seis metros precisa de la certificación de este tipo de expertos). Y es que aún tienen dudas sobre algunos aspectos relativos a la estampa de popa y otras cuestiones.
También explica el cambadés que quizás la característica más diferenciadora con respecto a la tipología de gamela de otros puertos era su tamaño. Aunque cada uno las adaptaba a las artes de pesca más comunes de sus marineros y a las características de su costa, señala que solían rondar los cinco metros y, aunque para la cambadesa no hay una eslora de referencia, han podido saber que eran más grandes, pudiendo llegar a superar fácilmente los 7,5 metros.
De este modo podían emplearla más allá de las resguardadas aguas del interior de la ría de Arousa –lo más común en invierno– y aprovechar las mejores condiciones del verano para llegar a Ons e incluso a Fisterra. El marisqueo era el arte de uso principal, pero estos viajes más allá del mar arousano les permitían explotar otra especies.
Pero además, “tiñan proa afiada e unha potente estampa de popa así como unha pronunciada quilla e un gran timón para ‘aguantar pano’ na navegación a vela”, cuenta Cuíñas en su blog “Boudevara”, donde los amantes de la cultura marítima pueden empaparse de la tradición. Asimismo vestía vela de martillo, también llamada mística, que es un tipo de vela latina; una forma de navegación que se remonta a siglos pasados.
Pero este proyecto va más allá y hunde sus raíces en otro de los motivos fundacionales del Clube Mariño Salnés: la preservación de la tradición. Así que con el objetivo de que esta tipología no vuelva a desaparecer, una de las primeras cosas que harán es construir una maqueta a escala de medio casco. Según Cuíñas, a partir de esto cualquier maestro de carpintería de ribeira podría sacar nuevos planos, en caso de perderse los originales. Y además les permitirá presentarla oficialmente y conseguir patrocinadores para financiar su creación. Calculan que la construcción de lo más básico pueden rondar los 12.000 y 14.000 euros, así que también llamarán a la puerta de las diferentes administraciones para conseguir apoyo financiero.
Y siguiendo con su filosofía, todo el proceso de creación está siendo grabado para confeccionar un documental que quedará para las futuras generaciones. También habrá una versión en papel. l