El gobierno local de Ribadumia acude a la Valedora do Pobo para que la oposición no lo haga tanto. El ejecutivo de David Castro ha presentado escritos tanto a esta alta comisionada como al Defensor del Pueblo. Ambas cartas van en el mismo sentido: Mostrar su malestar por que, en su opinión, los grupos opositores recurren demasiado a la Valedora, “reclamando unha e outra vez as mesmas cuestións, que rematan sendo arquivadas ou finalizadas”.
Esas reiteradas peticiones de información municipal lastran y atascan el trabajo de los departamentos municipales, argumentan con molestia desde el gobierno ribadumiense. Es más, creen incluso que esa puede ser la estrategia de fondo de los grupos de la oposición. De hecho, el gobierno de IR apunta a lo que “parece un intento de bloqueo do normal funcionamento municipal baseado na interposición de recursos coa intención de entorpecer e sobrecargar o traballo dos empregados municipais”, Antender siempre estos mismos asuntos, defienden, causa un “prexuízo” de forma indirecta para el resto de vecinos, ya que el personal municipal debe “deixar de lado os expedientes veciñais para dedicar o seu limitado tempo a este tipo de respostas”.
Afirman que es un trabajo prioritario “dado que a falta de contestación ás mesmas implica automaticamente o uso de medios de comunicación, redes sociais e novas queixas ante a Valedora e o Defensor”.
Además, afirman que Ribadumia “é un dos municipios da comarca do Salnés que máis rápido tramita e resolve os expedientes de urbanismo, arredor duns 15 días”. Por todo ello, instan a Valedora y al Defensor a ejecutar “algún tipo de medida de control sobre a interposición destes escritos que, repetimos, sempre levan a mesma temática e sobre as mesmas cuestións”.
Afirman que las peticiones insistentes de la oposición se refieren además a datos que “xa teñen á súa disposición” o bien otros a los que “non se lles pode dar acceso”, debido a las normas de protección de datos de carácter personal. La polémica sigue, pues, en el ruedo político del municipio.