El Concello de A Illa espera que esta próxima temporada turística ya se pueda hacer uso de dos de los principales proyectos con los que se quiere iniciar la transformación de la movilidad en la localidad. Se trata del parking disuasorio de O Bao y del servicio de préstamo de bicicletas. El primero ha concluido las obras y en cuanto a los vehículos de dos ruedas, han sido suministrados ya al Ayuntamiento, que prevé instalar las estaciones de cara a la apertura de la temporada. La idea es incluso antes del verano, explicó el alcalde, Carlos Iglesias.
El uso de las bicicletas llevará finalmente aparejado el pago de unas tasas municipales, tanto para vecinos como para visitantes.
El servicio se articulará alrededor de varias estaciones de retirada y entrega de bicicletas: Praza de O Regueiro, Playa Camaxe Pequeño —en el propio parking disuasorio de O Bao— y en O Carreirón. La inversión es de unos 88.000 euros.
En cuanto a la zona de estacionamiento, aunque las obras de transformación de esta gran bolsa a la entrada de A Illa están ya concluidas, el parking sigue por el momento cerrado, a la espera de pulir algunos detalles en las zonas verdes y de arbolado.
El proyecto contempló la dotación de unas 875 plazas de estacionamiento, con la intención de que actúen captando el aparcamiento de un importante número de vehículos a motor que entren en la localidad, sobre todo en verano.
La idea es que, desde ahí, se puedan extraer bicicletas públicas o ir andando a las playas cercanas, para intentar descongestionar la invasión de automóviles que sufre la villa en los meses de la canícula.