El último invierno venció al viejo limonero que Francisco Asorey había plantado en el jardín trasero de su taller de Compostela. De eso hace más de 70 años y aunque uno de sus hijos, el ya fallecido Paco, lo taló tiempo después, el espécimen se resistió a la desaparición y retoñó, como en aquel poema de Miguel Hernández. Entre convertirlo en provechosa leña para la caldera y darle un significado especial, la Asociación Francisco Asorey optó por lo segundo y, por supuesto, que tuviera que ver con el arte escultórico. Así nació una colaboración con el artista lucense Juan José López Martínez, más conocido como Lomarti, que está transformando el seco tronco en una obra que saldrá a subasta en beneficio de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC).  

Un proyecto de continuidad

El secretario de la entidad, Vicente Pérez, explica que es una de las primeras iniciativas del proyecto “Una obra de arte, una obra social”, mediante el cual quieren aportar su granito de arena  al trabajo de instituciones de investigación, como la AECC, o de inserción laboral y social, que serían sus próximas ideas. Todo ello a través de diferentes iniciativas “principalmente para dar visibilidad al trabajo que realizan y para aportar algo económicamente, cuando sea posible”. 

En este caso lo será a través de una subasta presencial que tendrá lugar en el céntrico hotel Virxe da Cerca, en Santiago de Compostela, aunque también quieren habilitar otras vías de puja telemática. La fecha se fijará cuando la obra esté lista. “Ya está casi terminada y es de una excelente calidad. Lomarti trabaja muy bien la madera y no hay muchos que lo hagan hoy en día, hay más predilección por otros materiales”, cuenta Pérez. Y no es un detalle baladí, pues el artista de Cambados fue un auténtico maestro en su empleo y algunas de sus obras más admiradas y que lo situaron como un revolucionario en su época, son de madera policromada. 

Los detalles de por dónde va la inspiración se guardan en secreto. De momento, solo se sabe que del limonero, que se secó y no soportó uno de los últimos temporales de 2022, ha salido una pieza de un buen tamaño. Ya lo tenía el ejemplar, que medía unos 10 metros de altura y era imposible de abrazar.

Hasta Corea del Sur

El secretario se deshace en agradecimientos al trabajo desinteresado de este artista multidisciplinar y destaca su trayectoria, con piezas en la colección de Afundación y creaciones que han llegado a Corea del Sur. También todo el trabajo realizado por la gestora cultural Cristina Carballedo, de Sumarte, porque gracias a ella llegaron al lucense. 
La directiva de la asociación está entusiasmada con el proyecto por la carga sentimental que tiene para ellos, pues son descendientes del genial cambadés, pero también por toda la simbología y  “el beneficio social que conlleva, pues aquí no hay lucro, somos meros intermediarios y nuestro único objetivo es dignificar la escultura y la figura de Francisco Asorey y en este caso también de Lomarti”, apuntó su secretario.