Las duras acusaciones de CIG sobre el papel de la Mancomunidade do Salnés en el conflicto laboral de la basura de Meis, Cambados y Vilanova no han sentado nada bien en la entidad. Acusa al sindicato de “montar un circo”, porque “sabe desde el principio que es imposible modificar el contrato”, y, por contra, traslada el foco de la resolución a la empresa, pero “ni la llamaron”. Además amenaza con denunciarlo si no aclara a quién se refiere cuando habla de sueldos millonarios: “Si es a los políticos, es falso y poco ético, cobran cero euros, y si es a los trabajadores, los vamos a meter en el juzgado por difamación. Sus salarios son bastante ajustados y los mismos que cualquier pequeño concello”, apuntó su gerente, José García Guinarte, en una comparecencia unipersonal nunca vista.
En el reparto de responsabilidades sobre la situación pasada y actual, es decir, que los 12 operarios de la basura tengan el sueldo congelado desde 2016, este cargo administrativo defendió que la entidad comarcal, adjudicataria del servicio, es un “mero intermediario” y que cumplió con su parte.
Según los datos que aportó, la propuesta calificada por la CIG como la solución al conflicto les fue presentada el pasado jueves y consistía en una tabla de compensación progresiva, con incrementos en forma de prorrateo de pagas extraordinarias y el compromiso de subidas en siguientes contratos, para lo cual no sería necesario modificar el actual; algo que además ve imposible –el tema salarial no es cuestión sobrevenida– y el sindicato “lo sabe desde el principio”, aseguró García Guinarte.
Una parte compete a Valoriza, pues “no supondría un incremento para los ayuntamientos, la concesionaria asumiría el mayor sacrificio ajustando al máximo el contrato”, y la otra a la Mancomunidade. Esta tendría que “ver cómo materializarlo legalmente” y además es difícil saber a estas alturas si esos tres concellos mantendrán el servicio compartido tras expirar el contrato, en 2025, pero aún así, al gerente le pareció “factible a grandes rasgos e inteligente de cara al futuro”. No obstante, García Guinarte trasladó toda la acción a la concesionaria, pues “nosotros no tenemos todos los detalles económicos”. De hecho, no dejó de mostrar su sorpresa de que a día de ayer, martes, no le enviaran la propuesta: “No sé cuál es la tomadura de pelo, pero que un representante de los trabajadores no llame a la empresa.. Tuve que enviársela yo a Valoriza –dijo mostrando mensajes probatorios–. Nosotros somos meros intermediarios y actuamos con la mejor voluntad y además, esto es un órgano de gestión, aquí no se viene a hacer política”, clamó.
El gerente hizo un completo repaso sobre la gestión comarcal desde que saltó el conflicto, en febrero, asegurando que “nunca les dimos largas” y defendiéndose de las acusaciones de pasividad del sindicato, indicando que solo pasaron dos días laborales desde la reunión del jueves, y ahora “montan un circo”.
También defendió que los pliegos del contrato los redactó una prestigiosa consultora y que la Mancomunidade se enteró ahora de la congelación y de que el contrato estaba vencido desde ese mismo año, 2016, “por tanto es difícil haber actuado de mala fe”, replicó. Es más, recordó que en 20 años la Mancomunidade nunca ha tenido un conflicto laboral y le parece que, en todo caso, es la central quien “no está asumiendo su responsabilidad de representar y velar por los trabajadores”.
Los operarios mantendrán el día 11 una reunión para fijar nuevas movilizaciones y no descartan acudir a la huelga.