El Muíño da Seca de Cambados se ha librado por fin del horrendo grafiti que unos vándalos sin identificar le pintaron en septiembre de 2021. El trabajo profesional de la empresa Esteo ha conseguido restaurar la fachada y solamente queda algún rastro, casi imperceptible, en la parte baja, pero no ha estado exento de dificultad, pues eran colores muy vivos y la piedra estaba muy cargada de pintura. Finalmente la limpieza tuvo que hacerse mediante una combinación de técnicas manuales. El láser quedó descartado pues, como ya advirtió en su día el restaurador, Jose Aguiño, solo funciona bien con determinados tonalidades. “Non é unha panacea”, explicaba.
El edificio es uno de los bienes patrimoniales más importantes de Cambados. Aunque recientemente se descubrió que el expediente iniciado hace 40 años para su declaración como BIC nunca se concluyó –ahora lo van a retomar– y apareció un plano que pone en entredicho que tenga 400 años –rebajando su edad a poco más de 200–, cuenta igualmente con protección y, lo más importante, es que se trata de una pieza de la ingeniería popular poco frecuente.
Los molinos más abundantes son los fluviales y, de hecho, como el cambadés, un molino de mareas, deben quedar en pie en Galicia sobre una docena, como mucho. De hecho, autoridades y expertos condenaron este y otros ataques similares ocurridos en la localidad. En el propio Muíño de Corvillón hay otras pintadas de menor gravedad a pesar de los esfuerzos del Concello por divulgar la importancia de cuidar estos bienes.
El proyecto realizado por Esteo tuvo que pasar una serie de trámites para su autorización y ejecutarlo ha llevado su tiempo. La piedra de la fachada está muy deteriorada y es muy porosa, así que la pintura penetró muchísimo y fue necesario un trabajo delicado para evitar daños mayores en la eliminación. Además, los autores, que nunca fueron identificados, eligieron unos tonos azules, verdes y amarillos muy vivos, sin olvidar que el dibujo, que se corresponde con un personaje de la serie infantil Bob Esponja, era de gran tamaño.
La Concellería de Patrimonio del anterior gobierno consiguió una subvención de la Diputación para sufragar estos trabajos y la eliminación de otras pintadas de mal gusto realizadas en el lavadero de Fefiñáns. En total, fueron unos 10.000 euros que se cubrieron con esta ayuda. Posteriormente pidieron otra de esta orden y por la misma cantidad y que acaba de ser concedida. En esta ocasión se destinará a arreglar una parte del muro perimetral de la biblioteca municipal Luis Rey, que presenta un abombamiento a causa de los árboles.
A través de estas subvenciones, el Ayuntamiento también ejecutó la recuperación de otros bienes patrimoniales como la fuente de Alfredo Brañas, obra del malogrado escultor Narciso Pérez. De hecho, queda pendiente que pueda volver a surtir agua. Se realizó la instalación, pero faltan unos dos metros de tubería hasta la conexión general. Asimismo se hicieron trabajos relacionados con los trabajos arqueológicos y de investigación de la torre de San Sadurniño, para ratificar las pesquisas de Sindo Mosteiro que descartan la leyenda de que era parte de un sistema defensivo.