Las comarcas arousanas y del Ulla-Umia se sumaron un año más a la limpieza simultánea “Móllate polos ríos” organizada por el colectivo ecologista Adega en todo Galicia. Solo en los cauces y orillas del Umia, Catoira, Valga y el Te se retiraron más de 300 kilos de desechos con presencia mayoritaria de envases ligeros de plástico y la retirada de algún voluminoso, como un viejo extintor, aunque en líneas generales, los participantes consultados tenían la sensación de que había menos que en otras ediciones, y algunos llevan casi una década. Pero no faltaron las sorpresas. Más concretamente en Catoira, donde se encontraron con un vertido lechoso de color verdoso en un tramo próximo a la EDAR y del que dieron parte al Seprona.
En la jornada participaron adultos y niños, pues también son muchos los colegios y asociaciones de padres y madres los que se suman a la iniciativa, como fue el caso de los centros de Mosteiro y A Armenteira (Meis), el IES As Bizocas (O Grove) y la ANPA As Lombas, que actuó en Catoira con el grupo Ecoloxistas de la villa. Su representante, Vanessa Pérez, fue precisamente la que dio voz de alarma sobre el vertido y estaban a la espera de que los agentes de la Guardia Civil acudieran al punto a realizar una inspección.
En su caso, un grupo de 18 se encargó de limpiar el tramo del río –que lleva el mismo nombre del municipio– comprendido entre Fonte Gaiteira y el Muíño do Cura y retiró unos 100 kilos de desechos, entre los que destacaron un viejo extintor y un balde metálico, como lo más voluminoso, seguido de “moitas colillas e os típicos plásticos de envases”, explicó Pérez. Este tipo de residuos fue el mayoritario en las intervenciones consultadas, ya fuera en esta modalidad, o en otras como sacos grandes o bolsas de supermercado, pero también latas, sobre todo en zonas próximas a áreas de esparcimiento, como fue el caso de la batida en el río Umia, donde además hay un paso constante de peregrinos de la Variante Espiritual.
Allí se actuó entre el Ponte dos Padriños y el merendero y aparcamiento con un total de 14 voluntarios capitaneados por el Colectivo Ecoloxista do Salnés (CES) y el Concello de Ribadumia, que tiene un convenio económico y además se encarga de otras cuestiones, como explicó su concejal de Medio Ambiente, Miguel Castro, a pie de ribera. De hecho, nada más empezar, ya dio aviso para que los operarios municipales fueran a recoger un neumático en medio del cauce, porque este tipo de materiales deben ir al punto limpio y no se podían echar en los contenedores separativos instalados ayer, como los cinco kilos de ferralla encontrados después. En el amarillo volcaron 150 litros de envases, 50 en el verde y cinco kilos en el de vidrio.
Desde el CES tenían la sensación de que “había bastante menos lixo que noutros anos” y la esperanza de que “sexa porque a xente se vai concienciando que, ao fin e o cabo, é o importante desta actividade, máis que a cantidade do retirado, que tamén, pero a xornada é para chamar a atención sobre a necesidade de coidar os nosos ríos”. Y en el caso del Umia más, pues da de beber a miles de personas de la zona de Caldas y de la comarca de O Salnés. No obstante, sí les llamó la atención que “as papeleiras do lado de Vilanova estaban moi cheas e había algúns puntos da varanda de madeira moi deteriorados”.
La misma percepción tenían los 11 participantes que rastrearon un kilómetro del río rianxeiro de Te junto a la Asociación de Veciños do Araño. “Estaba bastante limpio, pero aínda así atopamos tuberías, plásticos, telas, uns cachos de plaquetas e cemento, etc., Pero é certo que parecía lixo vello porque moito estaba enterrado na terra ou atrapado entre vexetación”, explicó su secretario, Diego Rodríguez. Al final lo liberaron de unos 95 kilos de residuos.
A todas estas cifras se suman los 70 kilos recogidos en el río Valga, donde “Móllate polos ríos” es prácticamente cosa de una única familia, la de José María Eiras, del Muíño Didáctico de Campaña. De hecho, su hija lleva acudiendo a estas limpiezas desde los cuatro años y, aunque siempre se le suman otros vecinos, en esta ocasión fueron menos y además, no estuvieron libres de dificultades. Cuenta Eiras que el cauce cada vez está más tomado por maleza, sobre todo en los tramos canalizados.
Este año se dedicaron al tramo siguiente al limpiado el año anterior y creen que esto pudo ayudar a que no llegara tanta basura arrastrada por la corriente, pero aún así, no faltaron los plásticos y las mascarillas, además de restos claramente procedentes de la celebración de la Festa das Dores, porque ciudadanos incívicos, siempre los hay.