La polémica nave de O Aguiuncho de A Illa de Arousa está paralizada a la espera de culminar los trámites ante Portos de Galicia. De hecho, el propio ente público trasladó al empresario que no podía iniciar las obras únicamente con la licencia municipal porque le falta el acta de replanteo y ahora está supervisando el proyecto. Así las cosas parece una cuestión temporal que no colmará las expectativas del sector y la sociedad isleña de derrotar este proyecto privado que consideran agota el poco espacio portuario existente y necesario para dar servicios a los trabajadores del mar.
Ya casi nadie duda de la legalidad de la infraestructura, pero el gobierno local no da la batalla por perdida y ayer votó a favor de una moción del PP para explorar el expediente hasta el último resquicio y encontrar “todos os fundamentos legais posibles que permiten revocar á licenza desta nave antiestética e prescindible” para la localidad, defendió su portavoz, Juan José González. También el BNG la apoyó, pero el Ejecutivo socialista no se libró de una dura reprimenda.
La oposición puso sobre la mesa que tuvo hasta tres oportunidades de mostrar su “oposición rotunda” al proyecto e incluso exponer las prioridades para este espacio que ahora defiende junto a un sector en pie de guerra, aún siendo de titularidad de Portos. La primera fue en junio de 2020 cuando el alcalde, Carlos Iglesias, era parte de la directiva de los GALP que aprobó la subvención a este proyecto y las siguientes fueron en abril y agosto de este año, cuando Portos pidió al Concello que informase sobre el proyecto.
La primera no contestó y en la segunda lo hizo vagamente, indicando que se debían respetar la legalidad y tener el menor impacto paisajístico posible, según indicó el PP en base a las actas que constan en el expediente. Para González era momento de aprovechar: “Podía ter manifestado a súa oposición á concesión desa axuda” y en canto a Portos, “mandarlle todo un argumentario de razóns polas que o Concello non apoiaría nunca esa nave e incluso unha relación de alternativas para ese espazo e xa veriamos. Ter posto trabas e estirar o chicle ao máximo”, añadió.
El regidor se justificó con los argumentos que viene utilizando desde que el sector del mar estalló, es decir, la empresa cumplía y cumple con todo, así que tiene las manos atadas y podría incurrir en prevaricación. Así lo hizo respecto a su postura en los GALP y el hecho de que es la Xunta quien autoriza en sus terrenos: “E se para Portos cumpre, o Concello debía dar a licenza”, declaró. Únicamente reconoció que los informes municipales fueron “escasos”, pero echó en falta de PP y BNG un ataque más directo a quien dio permiso “en base a informes non concluintes”. Pero la oposición lo que le pedía era mostrar una resistencia que no ven por ningún lado y cuando el regidor señaló que la primera nave de esta empresa “autorizouna igual, sen os informes do Concello e imos pola segunda”, encendió los ánimos pues consideran que ya tenía que haber sido una señal de alerta.
Para el portavoz del Bloque Nacionalista Galego, David Mochales, Portos es “como un circo” que “permite algo así en solo rústico de protección litoral, que é incríble, pero vostedes teñen parte de culpa” , le espetó al socialista. Es más, considera que “se os veciños non chegan a poñer o grito no ceo viría presumindo de ter traído unha empresa” para el municipio.