El marisco más preciado de la Ría de Arousa, la centolla, volvió a reinar ayer en la lonja de O Grove coincidiendo con uno de los días grandes de la localidad meca: San Martiño. En el primer día de campaña este crustáceo alcanzó un precio máximo que rozó los 28 euros por kilo - 27,60 -, cifra que superó en dos euros la del año pasado y en casi tres y medio la que se obtuvo en la primera jornada del 2022. En este importe se llegaron a vender un total de 17 kilos y medio de centolla.
En total se descargaron poco más de tres toneladas de este crustáceo - 3.030,96 kilos -, cifra bastante inferior a la del 2023, año en el que el primer día llegaron a la lonja meca 3.825,30 kilos de centolla. El precio medio que alcanzó el crustáceo durante su venta acarició los 16 euros, quedándose solo a cinco céntimos de esta cifra. Comparando este precio con el del 2022 el aumento es de tres euros.
Por su parte, el precio mínimo, como ya se había pactado en la reunión que la cofradía de pescadores de O Grove mantuvo antes de comenzar la campaña fue de doce euros, un par más de lo que venía siendo habitual en las temporadas anteriores. En esta cantidad se vendió la partida mayor, sumando 1.293,60 kilos.
La recaudación total de la lonja en la tarde de ayer superó los 48.000 euros, cantidad similar a la del año pasado que superó los 49.800, a pesar de la disminución notable en las capturas del marisco.
El precio de la centolla, es lo que “salvó” este inicio de campaña, tal y como comenta el vicepatrón de la cofradía de pescadores San Martiño, José Otero. “En este primer día la pesca fue bastante escasa, pocas embarcaciones pudieron llegar a los topes, aunque muchas de ellas los rozaron”, cuenta Otero. Para este año, como viene siendo habitual los límites fijados son de 35 kilos por embarcación y una cantidad similar por cada tripulante enrolado y a bordo.
En total son casi medio centenar los barcos que se dedican a la captura de este crustáceo y, según señalan en la cofradía, muchos de ellos llevaban parados meses a la espera de esta campaña que es, sin duda, la más importante para los marineros de O Grove.
Alegría moderada
El vicepatrón, Otero, señala que la alegría en esta primera jornada de venta de la centolla en O Grove es contenida entre todos los marineros. “Estamos más o menos contentos, no esperábamos hacer más capturas de las que hemos hecho, el precio ha sido bueno que es lo nos compensó la cantidad de kilos, pero para las próximas jornadas creemos que el número de centollas que llevaremos a la lonja será aun menor”, cuenta. Y esto es así, explica, porque las condiciones meteorológicas que hay en la zona actualmente no son las más idóneas para la captura de este marisco, además de cómo se encuentra la luna: ahora en fase creciente.
“Con el viento frío las centollas no se mueven y por lo tanto es difícil que las capturemos. Tendremos que esperar a que cambie el tiempo para ver si conseguimos llevar algo más de marisco a la lonja ”, cuenta Otero.
De todas maneras señala que en el sector del mar, como no podía ser de otra forma, “la esperanza es lo último que se pierde”, por lo que cada día volverán al mar a la espera de alcanzar los topes y que, en la lonja, los precios se mantengan o aumenten.
Aún con las cifras alcanzadas en esta primera jornada el vicepatrón señala que “la realidad de la campaña se verá con el tiempo, al final sabremos si ha sido buena o mala”.
Más allá de los datos, ayer se vivió en la lonja de O Grove uno de los días más especiales tanto para marineros como para compradores. Son muchos, los que esperan la apertura de la veda de la centolla, tanto profesionales que quieren servir las mejores en sus restaurantes como particulares que deciden adquirir este marisco ya en la plaza y congelarlo esperando a los eventos navideños.