La indignación se notaba ayer en la brigada de Obras de A Illa, en la Concejalía y en la Policía Local. Nadie se explicaba los motivos que habían llevado a alguien a talar, uno a uno y puede que en una única noche, los más de 130 árboles que el Concello había plantado no hace mucho en el nuevo aparcamiento disuasorio de Bao.
Los jóvenes plátanos fueron cortados todos a entre diez y veinte centímetros de la base, de forma limpia, por lo que se cree que el autor o autores emplearon alguna herramienta. La brigada había estado trabajando en la zona el día antes, colocando unos tubos de hormigón en los alcorques, justamente, para que, tras la apertura del aparcamiento, las posibles impericias de los conductores al estacionar no terminasen por quebrar los ejemplares. La brigada se fue temporalmente a otras labores y ayer por la mañana, de regreso a O Bao para continuar con estos trabajos, descubrieron lo acontecido. Los árboles seguían allí, pero al fijarse en la base de uno, vieron que estaba segado. Lo mismo en otro, y otro. Y otro más. Así en todos.
El edil Luis Arosa no ocultaba su enfado. A finales de enero ya habían descubierto una docena de árboles talados. Su reposición había generado un coste de 500 euros. Lo descubierto ayer no bajará de los 5.000. Pero el sentir general no era ya por el dinero y el trabajo extra, si no por la incomprensión: Nadie se explica cómo alguien pudo atentar así contra los árboles ni con qué motivo. La Policía Local ha abierto una investigación.