Muchos se habrán dado cuenta de que parece haber una fiebre por los bastones en las decoraciones navideñas particulares de los establecimientos de Cambados. El contagio no es casual, tiene su origen en Tejidos Rosita y ha sido casi como una rebelión. Su propietaria, Mar Castro, explica que el año pasado ella y otros de la calle Albariño no quedaron conformes con el reparto de la decoración y alumbrado del Concello: “Sentímonos abandonados e había enfado, e como xa nos temiamos que este ano non se ía a implicar moito, decidimos facer algo”.
Así, ella empezó a guardar los tubos grandes de las telas que convirtió en estos llamativos bastones blancos y rojos que llenan los bajos de su fachada, no pasando desapercibidos para nadie. Pronto se apuntaron más compañeras, como la juguetería Din Don, que está en frente, o Siruca Home, que está a la vuelta de la esquina, ya en Rúa Nova, y que con su montaje ha demostrado su mano experta en decoración y también que no pierde la ilusión, pues algún desalmado le robó los primeros que puso en las farolas próximas. Así se empezó a correr la voz y algunos hasta le pidieron a Castro que le diera algunos tubos –y aún le quedan–, extendiéndose la instalación por otras zonas del centro urbano casi como símbolo, aunque muchos son de un tamaño menor.
Finalmente, tampoco es que hayan quedado muy conformes con el resultado municipal de este año. “A resposta sempre é que non hai cartos, que hai que repartir, que é percepción nosa... A verdade é que foi un cúmulo de cousas porque o Mercado de Nadal do ano pasado tamén foi un desastre e houbo varios que non quixemos volver, por iso non o hai este ano. Dame igual a cor política, se as cousas non se fan ben, non se fan ben, e hai que dicilo”, añade la comerciante.
Asegura que no solo es ella quien ve mucha concentración en las inmediaciones del Concello y hacia Fefiñáns, lo cual entienden porque, valga la redundancia, luce mucho, porque estamos hablando de la parte más popular del conjunto histórico del municipio, “e estamos de acordo, pero non todo debería concentrase nesta zona. Quedan accesos principais como a Avenida de Galicia nos que practicamente non hai nada. Vale que esa parte está en obras, pero é una entrada principal á vila e cara ao interior hay negocios”, añade esta cambadesa.
Las quejas parece que surten efecto y alguna introducción de última hora hubo, pero aún así no hay mucha conformidad y, de hecho, estas impulsoras quieren convertirlo en una costumbre e incluso ya han pensado la temática que tendrá en 2025 su pequeña revolución, pero no sueltan prenda: “Será unha sorpresa”.