Reportaje | Obras modernas que dan pistas del pasado de Cambados

El Concello reúne a tres expertos para hablar de los últimos hallazgos históricos y del patrimonio histórico y cultural de la villa
Reportaje | Obras modernas que dan pistas del pasado de Cambados
Los tres expertos durante su intervención en la mesa redonda organizada por el Concello de Cambados | GONZALO SALGADO

La Concellería de Patrimonio reunió ayer a un trío de lujo para hablar de los últimos hallazgos realizados en Cambados a raíz de la ejecución de diferentes obras en el pasado mandato. Una oportunidad única, la de la abrir zanjas y levantar pavimentos, que permite a arqueólogos e historiadores hurgar bajo la superficie y conocer un poco más sobre el pasado de la localidad. Además, los tres formaron equipo en los sondeos realizados para recuperar la escalinata perdida de la iglesia de San Benito: el arqueólogo Antonio Castro Rozados y los restauradores José Aguiño y Sindo Mosteiro, que es además un activo historiador e investigador. 


Lo más significativo que han arrojado los proyectos de construcción de aceras, mejora de saneamiento y la reforma urbana de Fefiñáns ha sido el esqueleto de la escalera y algunas piezas originales; una piedra labrada, que muy probablemente perteneció a uno de los arcos de la plaza; piezas de antiguas conducciones sanitarias; restos de ánforas, tégulas, etc. Poco llamativo para el ojo inexperto, pero para el experto, como el suyo, son pistas históricas y permiten documentar la evolución constructiva de elementos, como en el caso del templo. 

 

Así lo señala Castro Rozados, que realizó el control arqueológico de los proyectos de Fefiñáns, Carballeira, Manuel Murguía, San Gregorio, San Francisco y Rúa Nova. Y es que, por ejemplo, en los concheros de construcciones -formados por desechos empleados para rellenar terrenos- vienen apareciendo desde hace tiempo materiales de construcción de origen romano, y en diferentes partes del municipio. “Así que tenía que haber un asentamiento romano por algún lado. Tenemos claro que en toda la zona de la parte baja de A Pastora –en lo que llamamos precastro– hubo ocupación y probablemente había un establecimiento marítimo tipo factoría, algo que se repite en todas las rías”, explica. De hecho, no muy lejos, en A Pacheca, hace tiempo apareció un acobillo de monedas romanas (término arqueológico para referirse a conjuntos guardados en escondrijos). En definitiva, “todo indicios, porque no han aparecido estructuras, como muros, pero esto siempre es un puzzle”, añade el arqueólogo.

 

Sorpresas, no había tumbas

Las ausencias también les resulta instructivas. Castro señala la “sorpresa” que se llevaron “ante la ausencia de restos medievales” en el entorno de Fefiñáns, donde solo había de la época moderna en adelante -como el firme de la antigua carretera de Gondar- Carril- o de tumbas, cuando se hicieron las aceras de San Francisco, donde las esperaban, teniendo en cuenta el antiguo convento. Y es que al final, “se construyó una y otra vez y encima de cosas anteriores, así que a veces encontrar algo depende de si hubo mucha remoción”, añade el experto, recordando también que las políticas higienistas del siglo XIX, de prohibir enterramientos en las iglesias, pasaron a la construcción civil y “se empiezan a vaciar terrenos sistemáticamente”. Por eso, cuando aparece un conchero, se les ponen los dientes largos. Así las cosas, hoy no hay rastro de muchas cosas, como la casa derribada en San Gregorio para construir la plaza que es hoy y de la que no se descubrió ni un mísero indicio en la última reforma. 

 

Charla patrimonio cambados
Asistentes a la charla ofrecida ayer en la Casa da Calzada | GONZALO SALGADO


No obstante, aún queda por descubrir y, de hecho, los expertos están pendientes del estudio con georradar del CSIC para mapear los restos enterrados en la Illa da Figueira, y lo que vendrá.

 

Musealización

Hasta entonces, hay otra cuestión fundamental: la protección y divulgación del patrimonio. De hecho, Sindo Mosteiro proponía ayer la puesta en valor de piezas con relevancia aparecidas en la obra de Fefiñáns con una especie de musealización al aire libre, como se hizo con la antigua canalización expuesta junto a la iglesia parroquial. Y por supuesto, el restaurador José Aguiño también habló de sus trabajos en la recuperación de cruceiros, la fuente de Alfredo Brañas y una de las más destacadas, la eliminación de las horrendas pintadas realizadas en el Muíño da Seca. 

 

 

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