Los tres propietarios de una vivienda ubicada en San Martiño de Meis denuncian ante la policía y la Guardia Civil, la entrada de okupas en su propiedad. Fueron los vecinos y vecinas de la zona los que avisaron a los dueños de la casa que, desde hace días, había gente en su interior.
“Nos llamaron vecinos para preguntarnos si estábamos haciendo trabajos en el jardín, porque veían gente en la casa”, comenta Marga, una de las propietarias de la vivienda okupada, que prefiere no relevar su apellido, ya que este tema, en estos momentos , ya está judicializado.
 

Tras este aviso, la propietaria, junto a otros familiares acudieron a la vivienda y, efectivamente, comprobaron que había personas dentro y que la cerradura de la puerta había sido cambiada. En este momento dejaron una nota solicitando a los okupas, de manera educada, señala la propietaria, que abandonasen la vivienda. Pero no fue así, por lo que al ver que el problema persistía, los hermanos decidieron poner la denuncia.
 

Días después, tanto Marga como otros familiares, visitaron de nuevo la vivienda, para comprobar cómo se encontraba. “Volvimos para confirmar si seguían dentro los okupas y vimos que sí, y que además tenían luz. Nosotros la habíamos cortado hace varios años”, indica la dueña.
 

Pasados los días, se acercaron de nuevo a la casa y, tal y como indica la afectada por la okupación, un familiar suyo entró en la vivienda, aprovechando que ninguno de los okupas estaba en el interior. “Sin embargo la policía nos dijo que mejor nos fuéramos, que al poner la denuncia, mientras no haya la orden de un juez nosotros no nos podemos acercar…”, cuenta la propietaria, mientras muestra sorpresa por esta decisión.
 

Vecinos y vecinas de la zona exponen también su indignación por cómo  han sucedido los hechos. “Los okupas saben muy bien lo que pueden y lo que no pueden hacer, es increíble”, comenta una vecina de una casa cercana. Y añade: “los propietarios en estas situaciones parece que estamos indefensos, que son ellos los que pueden hacer cualquier cosa. Deben pensar que las casas nacen de la tierra como las verduras”. 
 

Una casa familiar
 

La vivienda okupada en San Martiño de Meis es una casa familiar, llena de recuerdos para los actuales propietarios, tres hermanos que han heredado esta casa de sus padres. “Yo fui la última persona que vivió en esta casa, tengo todavía muchas cosas dentro, muchas fotos... y recuerdos importantes de toda una mi vida”, indica la vecina afectada por la okupación de su vivienda.
 

Además, cuenta que, a pesar de que en la casa actualmente no vivía nadie, la visitaban de vez en cuando, sobre todo en los meses de verano. “Íbamos de día y en verano para, por ejemplo, arreglar el jardín. A veces nos quedábamos más tiempo y hacíamos un churrasco, pero para eso no necesitábamos la luz y la cortamos hace varios años”, señala Marga, la dueña de la vivienda.
 

Ahora, indica, sólo les queda esperar. “Tenemos que encontrar a un buen abogado, que sepa de estos temas, nos ayude y nos aconseje sobre qué hacer”, comenta. 
Según lo que le indicó la policía en el momento de poner la denuncia, cuenta Marga, este tipo de trámites se pueden alargar mucho en el tiempo. “Nos dijeron que estas cosas suelen tardar en arreglarse entre cuatro meses y dos años, más o menos. Mientras no esté la orden del juez es mejor que no nos acerquemos”, lamenta la propietaria de la casa.