La vendimia está prácticamente concluida, quedando algunas elaboraciones especiales, como las de vinos de botritis noble que realizan algunas bodegas, y poco más. Y lo hace con una cosecha de 44,3 millones de kilos que podría fluctuar en los próximos días, pero no en exceso, y que ya es la más abundante de la historia de la DO Rías Baixas. Hasta el momento, la de 2021 ocupaba este puesto con 43 millones.
Ha sido un buen año, con una buena tasa de brotación, de elevada fertilidad, aunque hubo momentos de dificultad por las heladas y los ataques de mildiu, con un promedio de mermas que los técnicos cifraron en torno al 11 %.
Con todo, finalmente no se alcanzará la previsión de 46 millones de kilos que los técnicos del Consello Regulador presentaron en agosto. Y eso que el Pleno acordó aumentar el rendimiento medio por hectárea en un 12, 5 % para todas las variedades, con lo cual, en el caso del albariño, la variedad reina, los viticultores podían recoger 13.500 kilos por hectárea en lugar de los 12.000 habituales. No obstante, una vez que empezó la recolecta, unas semanas después, algunos viticultores indicaban que el fruto tenía menos peso del esperado, mientras que la calidad y el buen estado sanitario del fruto fue un comentario generalizado.
Los trabajos empezaron a finales de agosto, unos días antes con respecto a las campañas más recientes, aunque cada vez se adelantan más. En la última semana estuvieron centrados en las recogida de la variedades tintas, debido a su maduración un tanto tardía. No obstante, son las que menos en la denominación, donde las blancas reinan, al suponer el 99 % de la producción, y el albariño es el rey.
Ahora empieza una nueva fase para los elaboradores, con los trabajos en bodega para la preparación de los vinos certificados con este sello de calidad que, el año pasado, batieron otro récord con la verificación de 28,3 millones de litros de vino por parte del Consello.