El Concello de Vilanova accedió ayer a la salazón de Currás ya como propietario del inmueble tras recibir las llaves. El alcalde, Gonzalo Durán, y otros concejales indicaron que el interior está “mejor conservado de lo que esperábamos” y ahora se pondrán a realizar una limpieza y a contactar con historiadores y expertos para su musealización.
Su pretensión es convertirlo en un centro de interpretación de esta actividad que desapareció con la modernización de las conservas. De hecho, la adquirida por los vilanoveses es la última que funcionó en la localidad y el gobierno local espera que pueda estar lista para la próxima fiesta de los molinos de Currás y realizar demostraciones de ese oficio en vivo, como se hace en O Grove.