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martes | 14 enero | 2025
A Illa celebró ayer un poco habitual Pleno ordinario, en el que el BNG consumó su insólita propuesta de suprimir sus dos salarios y el del PSOE, además de reducir el del alcalde, con los votos favorables de un PP que, sin embargo, se mostró muy crítico con el portavoz nacionalista, Manuel Suárez, al que Cañón acusó de intentar un “lavado de cara” para justificar la subida de impuestos perpetrada en noviembre.
En concreto, la Corporación aprobó eliminar el salario de Manuel Suárez (39.500 euros brutos anuales) y suprimir también las dos liberaciones parciales (de 15.000 euros anuales): una de la nacionalista Laura Castro y otra de la socialista Rosi Viana. Asimismo, en el caso del alcalde, Luis Arosa, su salario pasará de 39.500 euros a 30.000 euros. Sin embargo, tanto socialistas como populares rechazaron la reducción de las dietas o gastos por asistencia de los concejales no liberados a las sesiones de los órganos colegiados municipales.
El portavoz nacionalista y teniente de alcalde, Manuel Suárez, defendió la propuesta para conseguir un ahorro cercano a los 100.000 euros anuales teniendo en cuenta los gastos por la seguridad social. Una medida tomado por la “deriva delicada” del Concello con respecto a su situación económica. Una situación de la que culpó a sus socios socialistas y su desempeño en el anterior mandato: “chegados ao goberno encontrámonos cunha situación financieira peor do que se nos decía, cunha débeda elevada de 2,5 millóns de euros”. Además, argumentó que “os concelleiros que firmamos esta proposta estamos en política por convicción e non por interese”.
El alcalde, Luis Arousa, aseguró desconocer “calen son os motivos reais” de esta propuesta y que se limita a una “excusa para tapar outro tipo de cousas”. Asimismo, rechazó que A Illa tenga una situación delicada: “cúmprese a estabilidade orzamentaria” y las “facturas son saldadas en tempo e forma”, sostuvo el regidor, entre otros ejemplos de buena salud financiera.
Por su parte, Cañón acusó a Suárez de intentar “quedar ben e colgarse unha medalla” y arrastrar, de paso, a sus socios socialistas: “Esto non é un goberno, é unha vergonza total”, aseguró el concejal con respecto a la estabilidad de bipartito, al que reciminó dar unha imagen “de tres contra tres, con constantes disputadas iniciadas polo BNG”, que dan “unha imaxe da Arousa coma se fose unha charanga”, lamentó. Asimismo, acusó a la edila nacionalista Laura Castro de “cobrar sin aparecer polo Concello” en los últimos cuatro meses, citando ausencias en cuatro juntas de gobierno, un Pleno y una comisión.
También llegaron críticas por parte de los socialistas, una de las afectadas, Rosi Viana, acusó al BNG de “denigrar o traballo dos concelleiros e o alcalde”. Una intervención que acabaría creando controversia por la respuesta del portavoz nacionalista, Marcos Suárez, que argumentó que “aquí non se vén a traballar, aquí vense a facer política”. Una afirmación que recriminaron el resto de formaciones: “Eres o único que ven a facer política, o resto vimos a traballar por Arousa”, reprochó Arosa. “Cobrou 40.000 euros ao ano, como que non vén a traballar?”, le espetó Cañón.
Dentro de dicho debate, Matías Cañón, recientemente reintegrado en las filas del Partido Popular, ofreció a los socialistas una especie de pacto, en la que Luis Arosa sería teniente de alcalde en un hipotético —y poco probable— gobierno con el popular como alcalde.
Por su parte, Suárez, acusó a socialistas y populares de intentar realizar “un pacto por detrás” para quitar competencias al teniente de alcalde. Una supuesta conspiración en su contra que negó el portavoz popular, Miguel Paz, que acusó al nacionalista de ser “o lobo vestido de “caperucita” vermella”.
En cuanto a la primera propuesta de los nacionalistas de reducir las dietas por asistencia a las sesiones de los órganos colegiados municipales, los populares acusaron a Suárez de cargar contra la labor de la oposición y recordó que “cada concelleiro do PP costou ao Concello pouco máis de 3 euros ao día, mentras que Manuel Suárez custa 143 euros ao día”. Por su parte, Luis Arousa, aseguró que se debe “dignificar o traballo que fan todos os concelleiros” de la Corporación, por lo que finalmente los socialistas también votaron en contra.
