Caldas de Reis lleva años luchando contra el picudo rojo que ha provocado la tala de una quincena de ejemplares de la zona conocida, precisamente, como Las Palmeras. De hecho, recientemente presentaba su nueva imagen donde las de tipo canario y datileras afectadas han dado paso a ejemplares de otros géneros más resistentes como las “palmas australianas”, “palmeras reales cubanas”, de “cola de zorro”, etc. Sin embargo, aún quedan propiedades privadas en las que sobreviven aquellas más emblemáticas.
Es el caso de la vivienda de Rebeca Caldas, que está ubicada a unos 700 metros del emblemático espacio y tiene una datilera intacta y sin síntomas. Esta vecina está al tanto de lo que es capaz de hacer este coleóptero, así que no deja de vigilar la suya, pero “no presenta ningún síntoma, así que tampoco le estoy aplicando ningún tipo de tratamiento”.
Llegado el caso de una infección no sabe cómo lo afrontará con las opciones existentes, si tratar o talar, pues sabe que los tratamientos tienen un coste bastante elevado, pero desde luego “me daría mucha pena porque la plantó mi madre hace treinta años y es un recuerdo familiar. Ella quería tener delante de la casa una planta grande, de gran porte y le pareció que la palmera podía quedar bonita”, explica.
Su caso no es único, muchos propietarios se rascan el bolsillo por una cuestión sentimental. En el caso de la empresa de jardinería y paisajismo Os Gnomos de Vilagarcía, casi todo el mundo que le consulta cuando ve que su palmera está enferma opta por salvarla y solo un porcentaje mínimo escoge la tala y destrucción, según su responsable Jose Ponte.
Además, si realmente interesa hasta hay opciones para las terminales, como someterlas a una cirugía en la yema apical que solo puede realizar una mano experta y que además de permitir vaciar las colonias de larvas, que son las que hacen los conductos por el árbol, llevándolo a su muerte, posibilita comprobar su estado y tomar las decisiones adecuadas, además de favorecer la oxigenación y el rebrote del árbol. Se trata de un tratamiento más caro que después requiere de una terapia de choque a máximas dosis y en la que una de las cuestiones más recomendables es la aplicación de fitosanitarios a base de cobre para desinfectar y ayudar a cicatrizar.
No obstante, con la fama que está adquiriendo este voraz escarabajo rojo, muchos particulares descartan elegir la palmera para sus jardines de nueva creación. “Ya no se piden tantas, están cayendo en desuso e incluso no se encuentran en los viveros, es difícil”, indica Jose Ponte.