El Consello da Xunta aprobó ayer el gasto de 915.000 euros para que la Consellería de Infaestruturas siga encargándose de la gestión de la EDAR de Tragove, que da servicio a Vilanova y Cambados. Se trata de una adhesión voluntaria, solicitada por el propio concello cambadés y que iba a expirar el 31 de diciembre, así que ahora se renueva. Todo ello en medio de la ‘guerra’ de este y otros concellos contra el canon autonómico en vigor desde el año pasado y por el cual penaliza a estas localidades, a las que gestiona sus depuradoras, si hay aportes de aguas extraordinarios que superan el caudal para el que está preparada la estación. De hecho, los socialistas le llaman el "imposto á choiva", pues la mayor parte de esos aportes proceden de agua de lluvia a falta de redes separativas.
En un comunicado, el gobierno destaca que se encarga de esta depuradora desde 2005 y que “leva investidos máis de 14 millóns de euros” en esta cuestión. Básicamente, se trata de ejecutar “as accións necesarias para o funcionamento axeitado das instalacións de forma ininterrumpida co fin de acadar uns índices de depuración que cumpran os límites establecidos na normativa”. A lo que añaden el recordatorio de que la depuración es un servicio que “debe prestarse de xeito continuado, non admitíndose interrupcións” y que “calquera incidencia significativa na súa continuidade implica un risco de produción de vertidos incontrolados”. De hecho, subraya que, con la renovación de la actual concesión, que durará hasta septiembre de 20224, con la “prolongación da colaboración da Xunta permítese garantir esta continuidade na prestación do servizo”.
También recuerda que tanto esto como el saneamiento y el abastecimiento “é unha responsabilidade municipal”, pero la Xunta “vén proporcionando o seu apoyo técnico e financeiro aos concellos que o precisen”, añade.