En 1918 se creó en Vilanova la Sociedad Patronal de Fabricantes de Salazón

En el siglo XIX y la mayor parte del siglo XX Vilanova de Arousa fue una de las principales villas marineras productoras de salazón de Galicia. Según consta en la documentación donada al Concello por la familia de Pastor Pombo Regás, en 1918 se constituyó la Sociedad Patronal de Fabricantes de Salazón y Conserva, presidida por el empresario Manuel Llauger Llauger. Como secretario ejercía el citado Pombo Regás y la vicepresidencia la ocupaba Perfecto Maestú Blanco. El total de socios inscritos ascendía a veintitrés, de los cuales la mayoría formarían parte de la Unión de Fabricantes de Salazón de Galicia, sociedad establecida posteriormente. 


El resto de la directiva estaba integrada por Isidoro Peña Artime –vicesecretario-, Jesús Canabal Giménez –tesorero-, Celestino Chazo Abalo y Luis Perez Rodríguez –vocales-. En el libro de registro figuran como socios, entre otros, Francisco Lafuente Torrón, amigo de Valle Inclán y los hermanos Camba, Emilio Bóveda, Ricardo Nogueira, Manuel Portas, Ramón Bayón, así como los hermanos Luis, Juan, José, Andrés y Francisco Pérez Rodríguez, antecesores de los actuales Pérez Lafuente. A este grupo de empresarios se le conocía como los “patrianos”, pues eran en su mayoría arousanos que habían heredado la gestión de la industria instaurada por los pioneros de origen catalán, como Goday, Colomer, Massó y Llauger, entre otros, que arribaron a la costa gallega a partir del siglo XVIII. 


La Vilanova de hace un siglo contaba con un puerto pesquero dominado por los galeones de dos y tres palos que surcaban las rías en busca de los abundantes bancos de sardina. Era una de las villas gallegas más importantes en producción de sardina en salmuera, que se exportaba a Cataluña, Valencia, Andalucía, el Sur de Francia e incluso a Nápoles (Sur de Italia), según consta en la contabilidad de Pombo Regás. La industria salazonera representaba una fuente de riqueza similar a la que hoy en día representa el sector mejillonero. 
Las principales factorías de salazón, que a lo largo del siglo XX fueron dando paso a las conserveras estaban situadas en la zona de O Cabo. Se trataba de concesiones administrativas en una marisma que se fue rellenando para instalar las naves. En este amplio recinto portuario se instalaron los Llauger, los Abalo y, posteriormente, los González y los Roma. En los cercanos terrenos de A Basella situaron sus factorías Estanislao Peña Artime, donde en los años ochenta se instalaría Charpo, Ricardo Nogueira y los hermanos Pérez Rodríguez, donde actualmente fabrican la conserva Pan do Mar los Pérez Lafuente. 


Francisco  Lafuente Torrón y sus herederos asentaron su empresa salazonera en la zona de O Castro, cerca de otra factoría de los Pérez Rodríguez y de Manuel Portas Martínez. Los hermanos Pérez extendieron su red empresarial hasta Vilamaior, donde instalaron una nave para montar redes de pesca en el solar que más tarde acogería el cine Coliseo (1944 a 1978). Algunos de estos emprendedores vilanoveses llegaron a poseer fábricas del mismo producto en otros puertos, como Marín, A Pobra, Palmeira, Porto do Son o incluso Portugal. 

En 1918 se creó en Vilanova la Sociedad Patronal de Fabricantes de Salazón

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