El pueblo de Melide tiene dos rasgos singulares que lo diferencian de los demás concellos: está situado en el centro geográfico de Galicia y allí confluyen dos rutas jacobeas, el Camino Primitivo y el Camino Francés.
Un tercer rasgo distintivo de este pueblo es, sin duda, la laboriosidad de sus habitantes, gentes emprendedoras que, aprovechando la situación geográfica y la afluencia de peregrinos y viajeros, demostraron sus habilidades para el comercio emulando a los antepasados fenicios, y sobresalen por su capacidad para establecer y consolidar rutas comerciales aprovechando las oportunidades que da el mercado.
Ahora hay cierta preocupación en el pueblo por los efectos que tendrá sobre el comercio y los negocios la A-54, la vía de alta capacidad de Lugo a Santiago, y Melide también está a la espera de los informes sobre la viabilidad de la instalación de Altri en Palas de Rei, que representaría una importante inyección económica para toda esta zona.
Mientras, aparecen otros proyectos que pueden dinamizar la vida y la economía del pueblo. Uno de ellos es el complejo residencial para la tercera edad presentado hace pocos días que contempla una urbanización de 300 apartamentos para albergar una comunidad en torno a 500 personas mayores. Son viviendas “colaborativas” con diseño arquitectónico pensado para facilitar la accesibilidad, la movilidad y la seguridad de los mayores que se regirán en régimen de cooperativa y dispondrán de un abanico de servicios comunes: sanitarios, de limpieza, transporte, asesoría, comedor, restaurante, piscina, zonas de paseo…, que garantizan la atención y calidad de vida de los residentes sin salir del complejo.
El proyecto crea un entorno donde las personas mayores pueden convivir compartiendo intereses y valores y generando un haz de relaciones significativas que fomentan su bienestar emocional y actúan como como factor protector contra los problemas de la soledad y el aislamiento. Al tiempo, fomenta el envejecimiento activo y saludable que propicia que los moradores participen en actividades conjuntas, compartiendo responsabilidades y apoyándose mutuamente con beneficios para su salud física y mental
Este modelo habitacional es una iniciativa innovadora, ya implantada en muchos países, que está ganando adeptos en España como solución para personas de la tercera edad que quieren vivir en sus propias casas. Es una buena respuesta a los desafíos del envejecimiento y la mejor alternativa a las tradicionales residencias de mayores.
El uso compartido de espacio y recursos hace de este proyecto una opción más sostenible y económica que fomenta el cuidado mutuo, reduce la dependencia de servicios individuales externos, alivia a las familias y promueve un modelo de vida colaborativo.
Parece un buen proyecto que encaja en Melide, capital de una amplia y próspera comarca.