En el Día del Libro

Mario Vargas Llosa decía que uno de los mayores y más valiosos logros de su vida fue haber aprendido a leer, reflexión que cobra gran sentido en el tradicional Día del Libro instituido en recuerdo de Cervantes, Garcilaso de la Vega y Shakespeare, fallecidos tal día como hoy en 1616. Hoy es un día para rendir homenaje a quienes escriben, editan, ilustran y cuidan los libros y para revivir ese gesto tan simple y poderoso de abrir un libro y dejarnos llevar por la palabra escrita y por su infinita capacidad para tender puentes entre personas, generaciones y culturas.  

 

Yo no sé si “un libro ayuda a triunfar”, como decía un anuncio de los años 70 del siglo pasado, pero a través de la lectura podemos caminar por las calles de ciudades que no conocemos, acompañar a personajes variopintos, regresar a épocas pasadas, aprender lecciones valiosas y sentir emociones nuevas e intensas. En cada página leída encontramos otros mundos, otras miradas y otras historias que nos ilustran y transforman. Cada lectura es una semilla de cambio y cada libro abierto es una ventana desplegada en medio de la oscuridad e incertidumbre del mundo.

 

Según algunas estadísticas, en España se editan muchos libros cada año, un esfuerzo editorial que no se ve correspondido por el hábito de lectura, que no está a la par. Muchos libros y pocos lectores porque leer libros requiere más tiempo y esfuerzo que ‘navegar’ por las muchas y más atractivas ofertas que se encuentran en la red, que tanto cautivan a los escolares.

 

Ofertas que no teníamos en la escuela unitaria en la que yo aprendí a leer donde la maestra, doña Aurora, nos sacaba cada jueves a la tarima para leer en voz alta episodios del Quijote y de otras obras literarias. Después exigía el resumen de lo escuchado en un ejercicio de comprensión lectora, que ya entonces era el cimiento sobre el que se construía el aprendizaje.

 

Este ejercicio de leer, que se practica hoy en algunos colegios gallegos que dedican un tiempo a esta actividad, lo va a convertir la Consellería de Educación en “actividade sistematizada” para el próximo curso en todos los centros escolares de Galicia.

 

La decisión de la Consellería de establecer “un espazo donde se fomente a lectura de diferentes xéneros e formatos” es una apuesta para formar ciudadanos creativos, cultos y críticos. Es entender que el acceso a la lectura no debe depender del azar o de las condiciones de los hogares –hay muchos sin un solo libro–, sino que debe ser un derecho garantizado por la escuela.

 

En un mundo cada vez más incierto, acelerado y fragmentado, detenerse a leer es un acto singular que, si se cultiva desde la infancia con la guía del sistema educativo, se está sembrando una semilla que puede transformar vidas. Un viejo aforismo dice que “un niño que lee será un adulto que piensa”. Por eso será un ciudadano más formado y más libre.

 

 

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