Dos personajes, Maduro y Franco, coparon la actualidad la semana pasada y dos informaciones sobre ellos merecen este comentario.
La primera es la carta del lector de un periódico (La Voz de Galicia, 11.01.2025) firmada por Javier Sanz bajo el título “Silencios elocuentes”, que no deja en buen lugar al presidente del Gobierno. El autor muestra su sorpresa por un “Sánchez, tan locuaz con Franco y tan parco en palabras, por no decir mudo, con Maduro” y se pregunta: “¿Por qué se obsesiona tanto Sánchez con Franco, un dictador muerto, y tan poco con Maduro, un dictador vivo?”.
“Meterse con un muerto sale gratis; con un vivo puede salir caro. Sobre todo si a ese vivo se le debe mucho”, dice el autor, que se pregunta si “será esa la razón por la que Sánchez se atreve a meterse con Franco y no con Maduro ¿Qué es lo que le debe Sánchez a Maduro que le impide condenarlo? Hay silencios elocuentes”, concluye.
La segunda información es el manifiesto firmado por 87 intelectuales, periodistas, políticos y artistas bajo el título “Contra Franco. La Constitución es la única celebración posible”. En el texto se critica al presidente por intentar dividir a los españoles en dos bandos y por utilizar la muerte del dictador para fines políticos. Los firmantes señalan que “no se puede celebrar la libertad echando mano de la discordia, su mayor enemigo… Los españoles ya estamos reconciliados desde la Constitución de 1978, la única fecha de celebración adecuada”, concluye el manifiesto.
Volviendo a Maduro. No se entiende la complacencia del Gobierno español con el dictador venezolano. Dice Felipe González que es mejor evitar ahora una dictadura en Venezuela que tener que recordarla años después y un internauta muy activo señala que probablemente al presidente Sánchez le gusta el modelo chavista, por eso promueve iniciativas que apuntan en esa dirección.
Y cita la proposición de ley orgánica del grupo socialista –proposición autocrática– diseñada para frenar “acciones judiciales excesivas” y forzar el cierre de la presunta corrupción del entorno familiar del presidente. Una involución democrática al estilo chavista que deja al presidente bajo la sospecha de querer tapar esos casos, apostilla el internauta.
Pese al llevar esta carga en su zurrón, el presidente del Gobierno advierte que el franquismo “puede volver”. Aristófanes, otro internauta, recuerda al presidente que el franquismo está volviendo “de su mano” por la amnistía a los corruptos, el ninguneo al Parlamento y los atentados a la división de poderes; por la colonización de las instituciones, las amenazas a los jueces, las mordazas a la prensa, la pérdida de la igualdad de los españoles… y por otras decisiones propias de autocracias, como la de Venezuela.
Parece clara la deriva de la democracia española hacia el modelo venezolano. Que es muy parecido a franquismo.