El hijo más joven del presidente estadounidense Donald Trump, Barron, de 18 años, ha emergido como un digno heredero con un futuro prometedor tanto en política, tras asesorar a su padre para su victoria electoral, como en los negocios, donde sigue los pasos del magnate.
Barron Trump (Nueva York, 2006) sobresalió entre la élite presente en la toma de posesión de su padre el 20 de enero no solo por su altura, sino también por un porte serio en el que muchos seguidores del movimiento MAGA (Hacer América grande de nuevo) atisbaron un brillante porvenir, según decenas de comentarios en X. Su padre lo felicitó por ayudarle a conseguir “el voto joven”, al haberle animado a dejarse entrevistar en los podcast más populares del país.
Al escuchar el elogio de su padre, se levantó en la grada y, regocijado, puso la mano en el oído para avivar los aplausos.
Barron también protagonizó otros momentos que dejaron entrever su personalidad: estrechó la mano del presidente saliente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, y se mantuvo impertérrito mientras Elon Musk, a su lado, gesticulaba con efusividad, lo que propició elogios sobre sus buenos modales.
El único hijo de Trump y su tercera y actual esposa, la exmodelo eslovena Melania Trump, había estado en un segundo plano, pues tenía diez años cuando el magnate ganó sus primeras elecciones, en 2016, pero poco a poco se va sabiendo más de él.
Tras graduarse en la escuela privada Oxbridge Academy, cercana a la mansión familiar de Mar-a-Lago, Barron tomó las riendas de su educación: eligió Económicas en la facultad Stern de la Universidad de Nueva York, rompiendo con la tradición de formarse en la prestigiosa Ivy League.
Trump calificó la facultad Stern como “buena” y no pareció tomarse mal que Barron no quisiera imitarle estudiando en Wharton (Universidad de Pensilvania), mientras que su madre reveló en Fox News que el adolescente “quería estar en Nueva York, estudiar en Nueva York y vivir en su casa”, la Torre Trump.
Melania, que hace años describió a Barron como un “pequeño Donald”, dijo también que durante su crianza lo animó a ser “él mismo” y decidir “sus propios síes y noes”.
Esa autonomía sobre su trayectoria quedó patente durante la campaña electoral, cuando el Partido Republicano lo eligió como delegado para Florida. Él rechazó el puesto debido a “compromisos previos”.
Ahora se conocen sus primeros pasos como empresario, pues nada más entrar en la edad adulta puso en marcha una empresa, aunque está paralizada tras la victoria de Trump. Según ‘The New York Post’, la compañía se dedicará a proyectos inmobiliarios de lujo.
La orientación de esa empresa, llamada Trump, Fulcher & Roxburgh Capital, demuestra el apetito del joven por el mismo sector por el que su padre se hizo famoso.