Catoira puso fin esta tarde al polémico capítulo de la Escola Infantil municipal. El Pleno, finalmente, aprobó por mayoría absoluta la municipalización del servicio, con los votos favorables del BNG, la oposición del PP y la abstención de los socialistas. Se remata así a un proceso complejo que se hará efectivo a partir de hoy y que cumple con la apuesta del Concello con la conciliación familiar después de que la empresa concesionaria anunciase su intención de abandonar el servicio. Asimismo, el Ayuntamiento subrogará la plantilla, en concreto a tres trabajadoras, a las que se mantendrán sus condiciones laborales.

Un servicio que siempre se ha presentado como “imprescindible” por parte del equipo de gobierno, que volvió a hacer hincapié en la “pésima situación” económica resultante de ejercicios anteriores. Sobre ello, volvió a destacar la necesidad de “reducir a débeda”, aunque con la condición de “non deixar de prestar servizos”, como el caso de esta guardería, sobre todo, añadió, “nun Concello de menos de 5.000 habitantes onde non hai moitas máis opcións”.

El portavoz popular, Iván Caamaño, aseguró “alegrarse” de que el servicio siga abierto, “pero non desta forma”. El edil argumentó que desde la formación entienden que lo correcto sería volver a sacar a licitación el servicio, sin optar por la municipalización. Además, preguntó al ejecutivo si se consultó a la Xunta si con estas nuevas condiciones mantendrá las subvenciones autonómicas. Una ayuda que “xa foi comunicada para o ano 2024”, según confirmó el alcalde.

El portavoz nacionalista, Raúl Gómez Pato, reaccionó “sorprendido” a la postura de Caamaño y irónizo sobre que “sempre está ben que se cambie de opinión”. Asimismo, volvió a insistir en que la municipalización “non vai costar máis cartos”, ya que se mantendrán los 78.000 euros empleados hasta el momento en este servicio, y prometió que “este goberno non vai a eliminar nin un só dos servicios sociais do Concello”, aseguró.

El episodio de mayor tensión se vivió con el portavoz socialista, Alberto García, debido a sus turnos de palabra. En pleno debate el edil solicitó intervenir y el alcalde se lo denegó: “vostede non pediu a palabra”, le recriminó Castaño, que siguió firme pese a las insistencias de García: “vostede non está capacitado para estar aí”, le espetó. Un altercado subido de tono que cerró en seco el regidor: “aquí o que dirixe a sesión son eu”.

De igual modo, el regidor utilizó el último turno de palabra para exponer las cuatro alternativas que había a esta cuestión. La primera —y la “mellor opción”— sería que la Xunta asumiera el servicio, pero, tras múltiples reuniones con distintos departamentos del gobierno gallego, fue denegado. La segunda pasaba por sacar una nueva licitación, para lo que el ejecutivo, argumenta, pidió presupuestos, que excedían los 109.000 euros, frente a los más de 77.000 que cuesta actualmente. Por lo que solo quedaban dos opciones: cerrar el servicio o asumir la gestión, lo “máis económico e eficiente” y por lo que finalmente acabó optando el ejecutivo nacionalista. Se cierra así un capítulo polémico y que llenó de usuarios de la guardería, que actualmente cuenta con una veintena de alumnos, el Salón de Plenos.