Los primeros resultados obtenidos de la excavación arqueológica en la finca de A Capela, en Catoira, están resultando alentadores y –también– muy interesantes. El proyecto dirigido por el arqueólogo Diego Piay Augusto ha permitido descubrir y documentar hasta cuatro enterramientos de diferentes tipologías, según ha dado a conocer el propio Concello catoirense. Tipologías que van desde excavados en la roca, con lajas de piedra o lajas de madera entre otras. Los trabajos realizados en esta finca demuestran además que esos enterramientos tienen una adscripción altomedieval. Aún así está en fase de estudio y todavía hay que realizar más investigaciones para tenerlo claro. Lo que sí parece constatado es que en el espacio sondeado (que implicó 20 metros cuadrados de los 400 que ocupa la parcela) no se encontraron evidencias de la época romana, aunque todo indica que la presencia de inscripciones apuntaría al origen del asentamiento en dicho período.

Desde el Concello de Catoira señalan que la intervención ha servido, sobre todo, para confirmar con metodología arqueológica la potencialidad de la parcela. De hecho la intención del gobierno local –que lidera el socialista Alberto García– es la de planificar una actuación más amplia que contaría con un equipo interdisciplinar. Un proyecto que incluiría la excavación de las sepulturas localizadas y el estudio del entorno de A Capela con el fin de localizar evidencias del antiguo centro de culto con el que –según entienden los investigadores– estarían vinculados los enterramientos.

Cabe recordar que esta finca de la localidad vikinga ha sido muy prolífica en lo que a hallazgos se refiere desde mediados del siglo XX. De hecho fue allí donde se localizaron varios sarcófagos de diferentes tipologías que fueron descubiertos de forma fortuita por el antiguo propietario de la parcela. Fue a finales de los años 50. Además –y así lo señalan desde el Concello– con este entorno también se vinculan dos inscripciones romanas: Una de carácter votivo, dedicada a Bandua, y otra de carácter funerario, en honor de una mujer llamada Matidia.

Dicen desde el Concello que los restos asociados con esta parcela permitían intuir –a priori– la presencia de un yacimiento con una cronología amplia, cuya ocupación se habría iniciado en el siglo primero después de Cristo y que se habría prolongado hasta la alta Edad Media, que es precisamente en donde se ubican estos recientes enterramientos.