El Cruceiro de Cerneira, una pieza que data del siglo XVII, ya puede verse restaurado, una vez finalizadas las obras promovidas por el Concello de Valga para garantizar su conservación. Las obras fueron subvencionadas por la Diputación de Pontevedra.
 

Los trabajos fueron más profundos de lo inicialmente previsto, ya que durante la ejecución del proyecto se detectó una profunda inclinación del fuste que comprometía su estabilidad. El riesgo de derrumbe era alto y, por eso, tras solicitar los pertinentes permisos, se procedió a corregir esta situación y a enderezarlo.
 

Las actuaciones corrieron a cargo de un equipo multidisciplinar integrado por el historiador de arte y restaurador Luis Enrique Rodríguez Arias, el cantero David Soengas y Ana María Sánchez Calzada como directora de obra.

El más antiguo

El cruceiro, construido en 1670, es el más antiguo de los que se conservan en Valga. En la década de 1930 resultó dañado a consecuencia de un temporal de viento, que tiró parte de su estructura. Este accidente afectó de forma importante  a la cruz. Del anverso original solo se mantiene el tronco de la figura de Cristo, decapitado y sin brazos. Según recoge Lois ladra en la obra “Arte relixiosa popular na terra de Valga. Cruceiros, cruces e petos de ánima”, se trataba de un Cristo de tres clavos, con la cabeza ladeada. 

En cuanto al reverso, que aún se conserva, reproduce una imagen de la Piedad, con la virgen vestida con manto y túnica, sosteniendo a Cristo sin vida. A finales de los 50 se llevó a cabo una reparación de la pieza, en la que se empleó hierro y cemento, elementos poco adecuados que ahora fueron retirados.
 

Los expertos desmontaron la parte escultórica para eliminar, de forma manual con cinceles y punteros, el cemento que recubría algunas zonas. También se revisaron y cambiaron las uniones entre piezas, que estaban hechas con correas y clavos que estaban oxidados. Se sustituyeron por fibra de vidrio