El Concello de Valga ha culminado la restauración del crucero de Vilarello con la colocación de una nueva cruz. Una actuación que corrió a cargo de la restauradora Ana Sánchez Calzada, el cantero David Soengas y el historiador Luis Enrique Rodríguez. Este crucero, del que se desconoce la fecha de origen ni su emplazamiento original, se encuentra en un cruce de caminos al que se trasladó en los años 80 a raíz de unas obras de mejora viaria.

Su estado de conservación era deficiente. El principal defecto: carecía de capitel y de cruz, debido posiblemente a robos o actos vandálicos, así como de la presencia de colonias biológicas. Además, el varal presentaba una inclinación muy pronunciada que comprometía su estabilidad y representaba riesgo de caída. El crucero también se vio afectado por factores ambientales, como la humedad y el viento.

Esta columna, de 2’2 metros de altura, tiene esculpida una figura masculina vestida con hábito que, según algunas fuentes, podría representar a un Santiago Peregrino y, según otras, a San Antonio Abad. La columna se asienta sobre un pedestal que se encuentra enterrado en el asfalto y sobresale 15 centímetros del suelo. Los trabajos, que se financiaron con una subvención de la Diputación, incluyeron una primera fase de limpieza, retirando depósitos superficiales de tierra y las colonias biológicas indeseadas, mediante espátulas, cepillos y otras herramientas de jardinería. También se aplicó un tratamiento biocida para evitar colonizaciones. Por último, se realizó un lavado de toda la superficie de la piedra con agua nebulizada.

La segunda fase consistió en la restauración propiamente dicho del crucero, para lo cual se enderezó el varal y se reconstruyeron, con granito, el capitel y la cruz siguiendo las directrices marcadas por la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural.