Treinta años llevan los Heredeiros da Crus sobre el escenario y solo treinta segundos bastaron para demostrar que todavía siguen siendo “os máis jrandes”. Los de Ribeira pusieron el colofón final a la jornada festiva en la playa fluvial de Vilarello ante miles de personas enfervorecidas. Algunos que los siguen desde los inicios y otros que desembarcaron en la fiebre de su rock and roll más “bravú” con sus últimos temas. La banda liderada por Javi Maneiro enlazó canciones emblemáticas con nuevas composiciones durante casi dos horas de concierto. En él no faltó la sulfatadora de Tonhito de Poi para “bautizar” a los fans ni tampoco el “millo do país” al ritmo del “Churras churras churras” que marcó a la denominada Xeración Xabarín. Las gargantas se quedaron sin voz con el “Eu quero josar” y “Non quero nada de ti”, mientras que el público sacó los teléfonos para iluminar el “Corasón de Carballo” que ya se ha convertido en todo un himno. A Tucho ni le hizo falta cantar su “Chaqueta de lana”, entonada únicamente por el público y la advertencia de “juventú, tede coidado cos paus da luz” tambioén sonó desde encima del escenario. Tras los bises los de Ribeira despidieron el concierto con su “De Jalisia ao estranxeiro” y se llevaron una gran ovación por parte del público.
Lo cierto es que la garganta de Javi Maneiro ya se había precalentado cantando un tema con los Festicultores, que actuaron a modo de teloneros caldeando un ambiente que en Vilarello respiraba fiesta desde la mañana. La playa fluvial valguesa acogió una nueva edición de las Olimpiadas de Aldea, enmarcadas dentro de una Festa da Xuventude en la que ya no hay vaquillas.
Así pues, y después del parón motivado por la pandemia, el entorno fluvial de Valga acogió a los diez equipos que optaban a hacerse con las medallas y el premio en metálico en las diferentes categorías deportivas. De hecho se repartieron hasta 1.500 euros en galardones llevándose los primeros clasificados en cada una de las pruebas 200 euros y los segundos un total de 100.
Tras las pruebas –muy reñidas– Regengo se proclamó campeón absoluto, dado que se hizo con dos medallas de oro. Una en el Mundialito de Fútbol y otra en el del Cangrexo. El lugar de Campaña ganó en la Carreira de Sacos y Sixto en brilé, mientras que la yincana más enxebre fue con victoria para la Avenida da Coruña.
También destacó la participación del lugar de Parafita, que se llevó a casa tres medallas de plata. El premio a la deportividad fue para Baño.
Además del buen ambiente entre los participantes, también lo hubo entre el público que acudió a disfrutar de una jornada de celebración. A la entrega de premios en las distintas categorías acudió el alcalde de la localidad, José María Bello Maneiro.