La Romaría Vikinga salió prácticamente gratis a las arcas municipales de Catoira, que apenas aportó 1.000 euros tras la gestión de patrocinios y subvenciones de distintas administraciones. Así lo anunció el teniente de alcalde y edil de Cultura, Raúl Gómez Pato, que subrayó que las cuentas de la 64 edición de esta tradicional celebración son “máis que satisfactorias”. Así, el Concello apenas sufraga menos de un 1% del coste total de los festejos, que contaron con un presupuesto cercano a los 150.000 euros. “Os recursos para pagar a festa conseguíronse grazas ao esforzo do goberno principalmente a través de subvencións de diferentes administracións, patrocinios, achegas de empresas tanto a nivel económico como de produtos, ou de ingresos por taxas”, apuntó Gómez Pato.

“Este ano evitamos dispendios e fomos máis eficientes subindo a calidade”, insistió el edil, que apostó por realizar cambios en la programación como el Desembarco Vikinguinho o el mercado medieval. Desde el ejecutivo señalan que las cuentas se harán públicas la semana que viene y de ellas destaca el desembolso en los conciertos, con cerca de 50.000 euros, con una importante reducción con respecto al anterior ejercicio.

En este sentido, el edil nacionalista subrayó la reducción de las partidas con respecto a 2023, cuando las fiestas costaron 153.564 euros, aportando la administración local un 40% del presupuesto total. Destaca Gómez que prácticamente la única partida que subió, apenas ligeramente, fue la relacionada con la producción del espectáculo a cargo de la Escola Municipal de Teatro. “Queriamos un cambio e unha mellora radical na obra de teatro e puxemos a disposición os fondos para que as condicións fosen as mellores. O resultado quedou á vista: foi un éxito de público e de calidade”.

Preparativos para 2025 

El ejecutivo ya piensa ahora en la Vikinga del próximo año, cuando se celebrará la 65 edición. Así, según apunta el responsable de la organización, el Concello está trabajando —entre otras cuestiones— para mejorar los espacios de aparcamiento, con el fin de ampliar el número y facilitar la visita a la villa; replantear las zonas de comidas, tanto en sus espacios como en los precios; así como obtener mejoras de la comida vikinga a la empresa adjudicataria para garantizar su éxito, porque en esta edición “non foi acorde co esperado”, admite Gómez.