La cultura de usar y tirar —especialmente extendida en el mundo de la moda— tiene los días contados. El futuro pasa por reciclar y dar una segunda vida a los productos. Esa es la tendencia que muestran los datos del Instituto Nacional de Estadística sobre el uso de las nuevas tecnologías, que reflejan el auge de la venta de segunda mano. A nivel autonómico, en 2023 (último año en el que hay datos) un 18,8% de los gallegos entre 16 y 74 años que han utilizado internet han vendido a través de la plataforma productos o servicios.
Son múltiples las aplicaciones que facilitan estos intercambios entre particulares, que también han llegado al mercado físico —en el caso de la moda— con tiendas de ropa que, con cada año, han ampliado su mercado y que ya se extienden más allá de las grandes ciudades del país. En Vilagarcía destaca la presencia Retro Rocket, una tienda de ropa vintage que cuenta con ocho años desde su apertura y que recibe público “de todo tipo”, también de gente de una edad más avanzada. Un establecimiento de referencia en este campo en O Salnés.
Alexandra Pintor —que regenta el establecimiento junto a su socia Alexa Sampere desde 2023—explica que aún sigue habiendo cierto estigma sobre la compra de ropa de segunda mano. “Cuando vamos a un restaurante utilizamos cubiertos que han sido usados por otras personas”, señala Pintor, “pero cuando se trata de ropa la gente es un poco más cerrada”. De hecho, indica, su tienda cuenta con un pequeño porcentaje de productos de primera mano y son muchos los que, al enterarse, prefieren interesarse por esos artículos. Una situación que “llama la atención” sobre el estigma que aún persiste sobre la ropa usada, pese a que la que se vende en este tipo de establecimientos presenta unas condiciones óptimas.
En este sentido, se estima que cada año se producen en el mundo más de 80.000 millones de prendas nuevas. Una circunstancia que fomenta la cultura de usar y tirar que estos establecimientos quieren detener. “La gente cada vez se preocupa más por el medio ambiente y el reciclaje”, valora Pintor. De hecho, cada vez aumenta más el porcentaje de ropa que se reutiliza a través de tiendas de segunda mano —como el caso de Retro Rocket— o de aplicaciones como Vinted o Wallapop, entre otras, que cuentan cada vez con más usuarios y un mercado en alza.
Pese a ello, la globalización también ha abierto la mano a gigantes de la industria de la moda que apuestan por un modelo de producción y consumo caracterizado por la fabricación de prendas de vestir a grandes volúmenes y a bajo coste, que deja una importante huella ambiental y contaminante.
Así, la moda sostenible y la reutilización de las prendas convencionales emerge como alternativa a la “fast fashion”. El trasfondo es una mayor concienciación ambiental con el objetivo de reducir los residuos que se generan. Ahí es donde cobra importante la compraventa de ropa (además de otro tipo de productos, como pueden ser los electrónicos), cuyo mercado crece ante el cambio de mentalidad de la población, especialmente entre los más jóvenes. En su caso, Sampere y Pintor ofrecen desde su tienda, mayoritariamente, ropa de los años 80 y 90, “piezas únicas y con un poco de historia”. Sin embargo, hay prendas “para todos los gustos”.
En la capital arousana se puede encontrar también otros puntos de venta de segunda mano, como tiendas solidarias. Sin embargo no se trata del mismo modelo de negocios, aclara Pintor: “La nuestra no es ropa donada”. Dichas prendas luego son seleccionadas (las que no cumplen los requisitos se descartan), lavadas y se dan los cuidados necesarios para que “estén en las mejores condiciones”, subraya. De hecho, explica que al negocio también ha afectado la alza generalizada de precios.
Cabe señalar que el grupo Inditex lanzó en los últimos años también la plataforma Zara Pre-Owned, que permite arreglos y reparaciones y la venta de ropa entre particulares, dando una segunda oportunidad a estos productos textiles a través de la página web de Zara. Un movimiento que también muestra el auge de este mercado y cambio de mentalidad que, parece, ha venido para quedarse.
Con todo, la ropa es el producto de segunda mano que más acumula ventas por internet. En el caso de Galicia, los usuarios que utilizan la plataforma para realizar la compraventa de productos son ya el doble que en el año 2019, pero sigue lejos de las comunidades con mayor proporción urbana, como Madrid, a la cabeza de este tipo de prácticas, con un 24,7%, o País Vasco, con un 21,5%. De hecho, en las grandes ciudades ya hay cadenas dedicadas a la venta de ropa (y otros productos) de segunda mano, como es el caso de Humana, por ejemplo.
Las fórmulas para vender productos a través de la web son variadas y existen apliaciones como Milanuncios, Vinted o Wallapop, entre otras, en las que se suele aplicar un recargo al comprador. Sin embargo, con el crecimiento de estas plataformas, también han surgido nuevas obligaciones fiscales, en concreto, con aquellos usuarios que hayan realizado más de 30 ventas o superado los 2.000 euros en ingresos. Así, estas ganancias deberán tributar y declararse como ganancia patrimonial en la declaración de la renta.